El presidente de la República de Francia, Nicolás Sarkozy, recibirá este lunes a la canciller federal alemana, Ángela Merkel, en una apretada carrera contra el tiempo para afinar sus posiciones sobre el futuro de la Eurozona.
Ambos gobernantes prometieron llevar ante la cumbre de la Unión Europea (UE) del jueves y viernes en Bruselas una propuesta única para salvar la moneda común, amenazada por la crisis de la deuda pública y el déficit fiscal en varios países del área.
Si bien el objetivo está claro para los dos, existen marcadas diferencias en cuanto al método para alcanzarlo.
La Merkel opta por una unión presupuestaria y fiscal con rígida disciplina, sanciones para los incumplidores de sus compromisos y la independencia total del Banco Central Europeo (BCE), cuyos fondos no serán utilizados para salvar a los más endeudados.
El presidente francés, por su parte, también reclama disciplina, sin poner acento en las sanciones, e insiste en la idea de la emisión de eurobonos para financiar a los países en crisis.
Hasta ahora, las principales coincidencias entre Sarkozy y Merkel están alrededor de aplicar rigurosos programas de ajuste para equilibrar las finanzas públicas y la necesidad de revisar y modificar los acuerdos fundacionales de la Unión Europea.
Tales cambios podrían implicar una sustitución del tratado de Maastricht, el cual dio origen a la UE, y un replanteamiento del acuerdo Schengen, que elimina los controles en las fronteras entre los países miembros.
En el ínterin, otras voces se alzaron para cuestionar el liderazgo del eje franco alemán en la búsqueda de una solución a las turbulencias financieras que podrían erosionar al Eurogrupo y amenazar la existencia misma de la UE.
Jean-Luc Mélenchon, candidato del Partido de Izquierda a la presidencia de Francia, aseguró que existen otros métodos además de las medidas de ajuste y la austeridad, hasta ahora no ensayados.
Es necesario, dijo, abatir el reino de la especulación financiera, principal causa de la crisis, y citó el ejemplo de Grecia donde la situación es hoy peor que antes de someterla a tratamiento.
«Si la banca central presta, si se eliminan ciertos medios que tienen los mercados para presionar a los Estados, entonces no podrán especular más«, precisó Mélenchon.
Tanto el Partido de Izquierda francés, como el alemán Die Linke, presentaron en sus respectivos parlamentos proyectos de ley contra los planes de austeridad gubernamental.