Memoria|Francisco de Miranda iluminó el camino de la emancipación

En una casa ubicada en la esquina de Padre Sierra, Caracas, nació el 28 de marzo de 1750 Sebastián Francisco de Miranda, quien al transcurrir de los años adquirirá notoriedad universal por sus acciones militares y su insaciable vocación de conocimiento en los más disímiles campos de la vida. Su figura y sus tentativas revolucionarias servirán de inspiración para las generaciones que en las postrimerías de la Colonia, organizarán los movimientos que han de conducir a la emancipación política de nuestros países.

UN DESTINO

Con el grado de teniente coronel en el ejército español, Miranda adquirió notoriedad por su participación en las jornadas militares de Melilla, al norte de África, donde la Corona disputaba con Marruecos, así como en la toma de Pensacola. Miranda escapará a la doble persecución que contra su persona inician, tanto autoridades reales, bajo la falsa acusación de aportar datos militares a enemigos de España, como al proceso incoado por el Santo Oficio, debido a los libros que el caraqueño había adquirido en la Península. Así, gracias a la permisiva amistad que le prodigó su jefe, Juan Manuel Cagigal –entonces capitán general de Cuba–, don Francisco da inicio a una carrera por el mundo con doble propósito: formarse una vasta cultura y organizar la expedición que debía dar libertad al Nuevo Mundo.

IDEA DE EMANCIPACIÓN

Como recordaba el también combatiente internacionalista venezolano del siglo veinte, Alí Gómez García, bien temprano en su periplo vital, en 1784 Miranda expondrá a las autoridades de EEUU, “un plan expedicionario para la liberación de Hispanoamérica, pero llegó a la conclusión de que los norteamericanos se interesaban más en heredar las posesiones españolas que en la independencia de las mismas”. (Francisco de Miranda. Peregrino de la libertad, Imprenta Municipal de Caracas, 2005). En tiempos en que las rebeliones y los reclamos contra la Corona se limitaban a protestar contra los altos impuestos, o abusos de algún alto funcionario, el caraqueño universal daría inicio a un programa político claramente destinado a dar la emancipación a Venezuela y las otras colonias españolas.

SIEMBRA DE PATRIA

El 4 de agosto de 1806, a poco de la tentativa mirandina sobre la Vela de Coro, en Caracas el capitán general Manuel de Guevara y Vasconcelos organizó actos para reducir “a cenizas la efigie de Miranda, sus proclamas y la bandera tricolor que izó en La Vela”. Estas medidas de retaliación, al contrario de llevar terror a “los venezolanos ilustrados –como recuerda el biógrafo Ramón Azpurúa– vigorizaron el patriotismo y dieron tanto vuelo al pensamiento de emancipación, que llevó el ánimo patriótico hasta el gran acontecimiento del 19 de abril de 1810” (Biografía de hombres notables, Tomo I). La proyección de quien –con antelación a José Leonardo Chirinos, Manuel Gual y José María España– se da a conocer como Precursor, no se limitó a la Capitanía General de Venezuela. Entre sus discípulos y correligionarios se encuentran los chilenos José Cortés de Madariaga, Bernardo O’Higgins, el peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán, el neogranadino Antonio Nariño y el venezolano Manuel Gual, entre otros.

AMÉRICA MIRANDINA

En tiempos cuando aún no se afirmaban las pequeñas nacionalidades, Miranda echó a rodar la idea de una patria continental en las colonias españolas de América, la que cubriría para 1784 desde el río Missisippi, al norte, hasta la Tierra del Fuego, al sur, excluyendo a Brasil. La idea prendió en mentes como la del futuro Libertador Simón Bolívar, quien presenta la Colombeia del Precursor, como “Colombia” la Grande. Miranda fallece en el penal La Carraca de Cádiz, el 14 de julio de 1816. La Galería de Arte Nacional, en Caracas, es guarda y custodio del lienzo Miranda en la Carraca, pintado por Arturo Michelena en 1896 con motivo de cumplirse 80 años de la muerte del Precursor.

T/Néstor Rivero
I/Iván Lira