Multitud de Juan Barreto C.|Frente a la incertidumbre (Opinión)

Lo que entró en bancarrota en el pensamiento político socialista del siglo XX es la identidad entre izquierda iluminada y pueblo-masa (moldeable) sobre la que se fundaba la categoría más poderosa del periodo determinista de los socialismos soviéticos: la vanguardia auto-declarada.

El caso más célebre es el del marxismo economicista, en el que la variable “determinante en última instancia” era la economía y, en el caso de la política, la vanguardia como una variable ilustrada que sería capaz de dar el salto cualitativo para combatir la ignorancia del pueblo sujetado.

Bajo este esquema, la economía, las fuerzas productivas, eran el factor dinámico, evolutivo, que empujaba a las sociedades hacia adelante.

El resto de las esferas, como la política y la ideología (es decir, la superestructura), acompañaban este movimiento determinante en la forma de un reflejo determinado, pero bajo una obligada división de: 1) por encima, la clase política, llamada a generar los cambios; y 2) por debajo, el pueblo.

Todo determinismo supone una realidad duplicada: de un lado, el elemento determinante (la economía), pero también el elemento determinado (superestructura).

Consumada la separación de la realidad en dos esferas, la polémica teoría no se limitará solo a ver cuál es la variable que “determina” (en última instancia), sino que se adentrará en una discusión sobre cuál es el tipo de relación entre ambas esferas.

Así, al “determinismo económico” le correspondía la subjetividad del científico (el estudioso de la crítica de la economía política) en su laboratorio.

El objetivo de estudio se componía de factores colisionantes: las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

La política debía subordinarse a la crisis inevitable y el papel de la vanguardia consistía en separarse como aliento inspirador revolucionario y como clase ilustrada llamada a indicar el camino a una fuerza dócil y adolescente que en este caso representa al pueblo llano, el proletariado común.

Es así entonces que durante el siglo XX el vanguardismo como clase superior ilustrada nos coloca, claro, frente a la incertidumbre.

@juanbarreto