Las principales ciudades de la costa este, en particular Washington D.C. y Nueva York, se preparan para el arribo de la mayor tormenta invernal de la temporada, que pudiera afectar a más de 50 millones de personas.
El Servicio Meteorológico Nacional pronostica la caída de unos 60 centímetros de nieve en el área capitalina para el domingo por la mañana e incluso cantidades superiores en otras urbes norteamericanas de Maryland y Virginia, al oeste de la ciudad, aunque ya la región está bajo los efectos del fenómeno.
Las autoridades comparan la tempestad con una similar que se denominó Snowmageddon, que afectó a Washington D.C. en 2010 con la caída de casi un metro de nieve en algunas zonas.
Una buena parte de los miembros del Congreso partieron desde ayer hacia sus respectivas ciudades de residencia por temor a que la tempestad los sorprendiera y no pudieran tomar los vuelos que tenían reservados, señala este viernes el diario The New York Times.
Entretanto, el sistema de transporte masivo de Washington D.C. cesará el servicio durante el fin de semana, una medida considerada poco habitual y que solo se adoptó en ocasiones anteriores ante situaciones extremas.
Los gobernadores de Pennsylvania, Maryland, Virginia, Carolina del Norte y Georgia, así como la alcaldesa Muriel Bowser, del Distrito de Columbia -donde radica la capital norteamericana-, declararon estados de emergencia en sus respectivos territorios y ordenaron el cierre de todas las escuelas.
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, pidió a sus conciudadanos que utilicen los sistemas de transporte públicos o se mantengan en casa la mayor parte del tiempo durante el fin de semana. En ese período se prevé el arribo de la peor parte de la tormenta, que estaría acompañada por vientos de más de 100 kilómetros por hora y más de 30 centímetros de nieve en la llamada Gran Manzana.
Entretanto, medios de prensa locales señalan que a lo largo de la costa de Nueva Jersey pueden ocurrir penetraciones del mar debido a las fuertes rachas de viento.
En Washington D.C., tristemente célebre por la incapacidad de las autoridades para enfrentar grandes fenómenos meteorológicos, tuvo un adelanto el miércoles por la noche, porque la caída de pocos centímetros de nieve provocó caos e incluso detuvo la caravana de autos del presidente Barack Obama.
La alcaldesa capitalina se disculpó en una conferencia de prensa por no tomar las medidas adecuadas ni dedicar los recursos en un momento en que era necesario actuar.
Por su parte, el gobernador de Maryland, Larry Hogan, pidió a los residentes en ese territorio que compren alimentos suficientes para una semana y predijo que la limpieza de la nieve de las principales vías de comunicación demorará no menos de siete días.
Su homólogo de Virginia, Terry McAuliffe, autorizó la movilización de unos 500 miembros de la Guardia Nacional para responder a las afectaciones de esta tormenta, ante la posibilidad del cierre de vías de acceso esenciales y graves afectaciones del servicio eléctrico.