Durante el fin de semana, la Policía de Estados Unidos arrestó al menos a unas 63 personas que se encontraban en campamentos instalados en espacios públicos de varias ciudades del país y que forman parte del movimiento de protesta Ocuppy (Ocupa) que desde septiembre pasado se manifiesta para rechazar las políticas económicas implementadas por el Gobierno de Barack Obama.
Los intentos de desalojo por parte de las fuerzas de seguridad, lograron el cierre de cuatro campamentos luego de protagonizar fuertes enfrentamientos con los civiles a quienes lanzaron gases lacrimógenos.
En Portland (Oregon, noroeste), el domingo en la tarde, los ocupantes lograron reagruparse luego del desalojo forzado que vivieron los manifestantes en dos plazas céntricas, por orden de la Alcaldía. Tras haberse reagrupado, los ocupantes aseguraron que lograron una victoria sobre la represión policial.
«Hemos ganado. Nos estaban evacuando y nos hemos quedado», dijo al diario local The Oregonian el universitario Madison Dines, de 25 años. «Esto ha revitalizado nuestro movimiento», agregó.
Las otras acampadas que fueron desalojadas durante el fin de semana son Salt Lake City (estado de Utah, oeste), en la madrugada del domingo y San Luis (Misuri, centro-este) y Denver (Colorado, centro) en sábado.
Entre tanto, la mayoría de los ocupantes de California (oeste) ignoraron la advertencia de desalojo de los campamentos por parte de las autoridades regionales y el número de tiendas descendió de 180 a 160.
Tras la desocupación de los recintos públicos, se procedió a la limpieza del lugar, tras lo que los uniformados afirmaron que permitirán el retorno de los manifestantes pero que no podrán acampar o pernoctar.
Los ocupantes acordaron retornar a las actividades pacíficas de protesta que ya se extienden por casi todo el territorio estadounidense.