Fui educada bajo los principios de solidaridad y no entiendo el egocentrismo

La danza está muy mal, dijo la destacada bailarina quien considera que “aquí nunca ha habido un movimiento dancístico”

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En el contexto de la exposición “Zhandra Rodríguez, la heroína de la danza venezolana”, que se lleva a cabo en la Galería de Arte Nacional (GAN), la destacada bailarina y coreógrafa realizó este jueves un conversatorio en el cual destacó que la educación que recibió de sus padres tenía como bases la solidaridad y el compartir, por lo cual ella no entendía el egocentrismo y el yoismo. “Esa educación que recibí también la aplicaba en la danza y entre compañeros compartíamos todo”.

“Zhandra Rodríguez, vida y obra”, fue el nombre del evento en el cual la conocida artista junto al maestro Carlos Paolillo, dieron un recorrido por los años de trayectoria de la bailarina, quien comenzó narrando que cuando tenía tres años de edad sus padres la despertaban los fines de semana con música clásica. Era una radio Philco -dijo- más grande que yo, y yo agarraba una batuta, en esa época no existía televisión, yo agarraba una batuta imaginaria y comenzaba a dirigir aquella orquesta”.

Narró que un día puso la batuta imaginaria al lado y comenzó a aletear, luego empinó los pies y comenzó a bailar esa música “y me preguntaban que estás bailando, y hacía mi coreografía sin haber visto nunca ni siquiera una foto, y luego terminé en el suelo con una posición muy rara, decían mis padres”. A los 4 años y medio la llevaron al cine Rialto a ver una película de Rusia “y estaba Anna Pávlova y apenas tocaron la música y ella salió yo grité “ciñe, ciñe” y era una coreografía lo más parecida posible a lo que había hecho. Mi padre me preguntaba qué iba a ser cuando fuera grande y yo le decía bailarina”.

Para ella fue la época más feliz de su vida porque no solamente era la Academia Interamericana de Ballet, “me fascinaba todo ese mundo onírico, tan lindo, desde los 7 años ya hacíamos presentaciones en el Teatro Municipal a final de curso. Recuerdo que una de las primeras presentaciones fue Sueño de una noche de verano”.

Le gustaban los personajes que representaba “yo vivía en Los Jardines de El Valle, estudiaba en el liceo Andrés Bello, iba todos los días luego de almorzar a la academia del liceo , entonces los directivos le propusieron a mis padres dormir los días de liceo en la academia y luego ir los fines de semana a la casa y así se hizo”. Dijo que en su formación dancística la ayudaron mucho las clases de artes marciales que le daban sus hermanos.

Dijo que allí la formación era bastante completa, les daban clases de danza española, venezolana, folclore, tradicionales y de otras culturas, como la filipina, la rusa, “incluso nos enseñaba maquillaje con respecto a los diferentes filtros de luz”. Señaló que para la época era bastante completo, no ideal como en Leningrado donde enseñan gimnasia rítmica, instrumentos musicales, pintura, historia del arte, entre otras disciplinas. Expresó que allá el que se gradúa enseguida sabe para dónde va, para el Bolshoi o para patinaje sobre hielo.

Citó que a los 15 años formó parte del elenco Ballet Nacional de Venezuela, a los 18 años era la primera bailarina de esta compañía, y ya se presentaba en las islas del Caribe. A los 20 años se fue a Nueva York, audicionó y fue a Tokio y luego a Rusia y a Europa y en una revista norteamericana fue reseñado su nombre entre los 45 héroes de la danza mundial, desde allí es considerada como la heroína de la danza venezolana.

De la danza clásica Zhandra Rodríguez pasó a la danza contemporánea y fundó en nuestro país el Ballet Nuevo Mundo. Cabe destacar que trabajó varios años junto al destacado coreógrafo Vicente Nebreda.

No hay movimiento dancístico en Venezuela

La danza está muy mal, dijo Zhandra Riodríguez, quien considera que aquí nunca ha habido un movimiento dancístico. Si vemos el Ballet del Teresa Carreño, no hay una formación, no hay educación, la educación estética. Tu no puedes poner una vaca voladora en un escenario”, recalcó.

Indicó que hay grupos de danza pero están dispersos, grupitos, escuelas y más grupitos, pero no están articulados entre sí. Señaló la bailarina que aquí había un rico movimiento dancístico y se fue desapareciendo, primero por el divismo, el egocentrismo, “porque hay quienes piensan que si conoces 3, 4 o 5 países ya son lo mejor del mundo, no es así. No es igual bailar en el Teresa Carreño que en el Teatro Nacional de Tokio o en París, son países donde hay festivales, aquí no hay esa tradición, no hay intercambio de saberes”, destacó.

A juicio de la bailarina la Universidad Experimental de las Artes debe dejar de ser experimental para que impartan las materias de formación, sobre todo para los maestros que son los que van a formar a las próximas generaciones.

La bailarina expresó su deseo de reunirse con el presidente Nicolás Maduro, porque asegura tener la propuesta para promover un movimiento dancístico, y expresó que “al frente del Ministerio de la Cultura y de Unearte no deben estar políticos, sino cultores, creadores”.

T/Elizabeth Pérez Madriz
F/María Isabel Batista
Caracas