El estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela cada sábado se viste de fiesta y es que entre risas y juegos se comienzan a formar las futuras estrellas del rugby nacional.
Desde tempranas horas comienzan a llegar las niñas y los niños acompañados de sus padres o representantes, quienes asisten para desde las tribunas o sentados a un lado del campo ven a los más pequeños aprender un deporte que comienza a ganar espacio en el país.
La edad no es una limitante, puesto que desde los tres años y hasta los 14 se reciben a quienes desean aprender este deporte que hace poco fue declarado olímpico.
CUNA DE FIGURAS
El gramado donde grandes estrellas han disputado títulos nacionales y han desfilado grandes figuras internacionales es también la cuna de quienes dan sus primeros pasos en un deporte que se ha dado a conocer como uno de los más rudos.
Pero a esta apreciación le sale al paso Venus Vecchionacce, coordinadora administradora del club de la Universidad Central de Venezuela, quien señaló que aunque se trata de un deporte en el que hay contacto físico, para quienes están en la escuela se les enseña diferentes aspectos.
“El rugby es de contacto, no es violento, pero igual a quienes están en la escuela se les enseña de una manera didáctica. Ellos usan unas cintas en la cintura y es la que los compañeros deben quitarle. Ellos aprenden todo lo referente al rugby y no es hasta los 14 años cuando aprenden a taclear y esos elementos”, afirmó Vecchionacce.
APRENDIENDO
Ejercicio físico, así como táctico y técnico realizan los presentes, quienes cuentan con un grupo de entrenadores capacitados para garantizar que en un futuro no muy lejano puedan formar parte de las filiales del equipo de mayores.
Luego de cumplir con sus entrenamientos, Sebastián Romero, de siete años, se dispone a tomar un descanso, pero señaló que nada le divierte más que estar jugando rugby.
“Aquí me enseñan a jugar y me divierto. Los entrenadores nos enseñan mucho y nos dicen que nos portemos bien. Me gusta mucho hacer deportes”, acotó Romero.
FELICES
Quien también se mostró muy complacido por formar parte del grupo fue Luis Martínez, de ocho años, quien comentó que cada sábado es como “si estuviera de vacaciones”.
“He aprendido a ser un jugador de verdad y cada vez que vengo quiero hacer las cosas de la mejor manera posible. Para mí es como pasar mucho tiempo jugando. Me divierto y nada me gusta más que venir para acá”, afirmó Martínez.
Para inscribirse se debe asistir el mismo sábado y el requisito indispensable es tener ganas de aprender un deporte y valores que les servirán para toda la vida.
El rugby sigue ganado espacio entre la población y en Caracas, los más pequeños entrenan en la escuela de la Universidad Central de Venezuela que en masculino y femenino sigue formando a las estrellas de la disciplina.