Por Néstor Rivero|Futuro y patria (Opinión)

¿Qué definición puede darse del futuro? Una, pudiera ser entenderlo como el presente más una visión a la que se pone pies y manos para traerla, del mundo de las hipótesis al de las realidades. Y esto vale para la política, economía o la literatura y, en el contexto de lo individual, los estudios, el ascenso profesional o la esfera de lo afectivo.

En este caso nos circunscribiremos a la polis, la parte de la existencia que cada persona concede a la vida en común, de modo voluntario o inconscientemente, para compartir o discrepar sobre el destino del mundo, o de un Consejo Comunal, o simplemente la tertulia de la barra o el comentario sobre la última ‘pateada’ de Messi. Así, el pasado 28 se vio en la patria de Bolívar -con los sorprendentes resultados de participación de votantes en el acto de escogencia de aspirantes al Parlamento Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) una decisión abrumadora del soberano chavista.

De este modo la parte gruesa del pueblo venezolano -la que interviene en la dinámica de las configuraciones del poder público mediante el sufragio y los debates sobre presupuesto participativo-, hizo evidente la irrefrenable vocación de hacerse notar frente a los agentes y factores de poder, tanto los que impulsan el nuevo tiempo histórico de cambios profundos y revolucionarios de una parte y, de la otra, aquellos que desde hace 15 año vienen colocándole palos a la rueda sobre la cual avanza o se detiene el ímpetu de un pueblo que construye su Estado social y de justicia.

Y es aliento, lo que surge al constatar que, pese a un cuadro de dificultades inocultables -especulación y desabastecimiento en gran parte inducidos por los circuitos de oligopolio y cartelización comercial incrustados en el modelo de país de economía rentista, e igualmente, el descenso drástico del ingreso del Fisco debido a la baja de precios del petróleo y, por qué negarlo, debilidades en áreas de gestión pública- la población, proletariado urbano, clase media, campesinos, y pequeños y medianos empresarios, mantiene propósitos para construir patria, con los instrumentos constitucionales y de protagonismo surgidos de la Revolución Bolivariana.

¡Hay futuro para las nuevas generaciones! Los muchachos que egresan de alguna universidad tienen mucho que hacer para diseñar proyectos de grandeza, prosperidad y solidaridad en su país: ellos caben en el plan de la patria.

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