El buen momento que vive el baloncesto venezolano a nivel de selecciones (mayor, 3×3) infla el pecho de orgullo a los amantes de este apasionado deporte. Los logros en el continente en los últimos años, la participación en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 y el gran resultado de Guaros de Lara en la Liga de las Américas, pese a la poca actividad de torneos locales de nivel, hace un llamado sobre el futuro de la disciplina en Venezuela que, como todo, nada es para siempre y por ello hay que mirar a las bases.
Como parte del proceso natural de la vida, mientras más edad tiene un individuo, su condición física merma, incluso para un atleta de alto rendimiento. Desde la llegada de Bruno D’Addezio a la presidencia de la federación, uno de los propósitos impostergables era y es reorganizar, reestructurar el proyecto de trabajo de las selecciones menores, fichajes o contrataciones, punto inicial de la evolución del baloncesto dentro del país.
“Es un tema complejo. Nosotros queremos hacer las cosas bien, dar otro tipo de estructura y de valores. Muchos esperan que uno resuelva todos los problemas con una varita mágica, dar órdenes a mi equipo y eso no funciona así (…). El tema está en el tapete y no desde ahora, desde hace meses que el equipo viene hablando de que hay que normar esto en Venezuela, no tenemos las bases que son los clubes y no hablo de los clubes de la LPB. Un sistema de licencia, de fichajes. No se puede tratar lo coyuntural como lo estructural, que necesita reglamentos y normas”, analizó D’Addezio para prensa del Mindeportes.
Las palabras del coach Bruno (siempre tranquilo en sus expresiones y claro a la hora de hablar), son de un profesor de baloncesto preocupado por el futuro del deporte de sus amores y que tantas alegrías le ha generado: “Si no se norman las cosas, entonces va a capricho de dirigentes. El enfoque esta ahorita en la parte meramente estructural. Estamos escuchando opiniones con personas involucradas para el beneficio de todo el baloncesto en Venezuela”.
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La llegada de la generación de relevo a la actual selección adulta es un llamado a viva voz. El proyecto de renovación ya inició, sin embargo, la continuidad de los torneos locales serán clave para la captación de talento. La reincorporación de Oswaldo Narváez como director de selecciones de FVB, hace un reconocimiento a trabajos previos pero que ahora recobran protagonismo por la necesidad de reinserción de talentos que no solo cumplan con la “estatura ideal” sino que también resalten en capacidades.
“Hemos venido incrementado el promedio de estatura poquito a poco, cada vez que presentamos a un jugador a la preselección, lo primero que pregunta el técnico es cuánto mide el muchacho y qué capacidades tiene. El baloncesto internacional no se juega con estaturas de 1.95 metros, podemos competir y ganar con esas estaturas ante Bolivia, Ecuador, Perú, pero difícilmente lo haremos contra países europeos”, se sincera Oswaldo Narváez ante la problemática que se mantiene en la búsqueda de nuevos rostros.
“Necesitamos jugar mucho basquet, que todos rememos hacia la misma dirección. En un país con una media de estatura bastante diferenciada (1,97 metros), incluso contra potencias de nuestra región, países de nuestro entorno. Con las uñas estamos escogiendo a los talentos para tener un buen equipo nacional dentro de nuestras limitaciones. Sabemos que el niño venezolano prefiere jugar beisbol sobre el baloncesto, y aún así tenemos un talento enorme que denota en los sectores populares del país”, agregó el experto.
La directiva de Fevebaloncesto siempre apostará a la competición local, como la tradicional y emblemática Liga Profesional de Baloncesto (LPB) y la Serie A como ventana para el talento joven, torneos que le permitan tener un abanico de opciones en elegibilidad y que el recambio generacional llegue más temprano que tarde.
“Oswaldo Narváez esta aquí porque es una de las personas más capacitadas para este proceso que culmina con el mundial y el otro que inicia después de él”, afirma el coach D’Addezio.
Todo gran proyecto necesita inversión de dinero. Venezuela cuenta con canchas que cumplen con los reglamentos FIBA y sirven para concentrar selecciones nacionales en diferentes estados del país. Sin embargo, el baloncesto ya cuenta con su Centro de Alto Rendimiento, ubicado en el Poliedrito, Caracas, espacio rescatado en 2015 por el Ministerio para la Juventud y el Deporte.
“El Poliedrito podría ser uno de los mejores centros de entrenamiento de América, muy pocas federaciones en el continente tienen un centro propio. Sería algo inédito pero hay que invertir dinero en modernizarlo y ponerlo a la altura de las circunstancias”, rescató y puntualizó el seleccionador nacional Fernando Duró.