Siempre recordará haber jugado contra el “Dream Team” en 1992
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Gabriel Estaba dio fe de sus logros en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) y en la selección nacional en @lpb_aldía. Inició su andadura formal en el baloncesto con Panteras de Lara, luego de destacar en un campeonato nacional con solo quince años.
“Fueron momentos grandiosos. Jugué beisbol y era muy bueno. Y luego voleibol y a los trece años empecé a jugar baloncesto. Recuerdo que me decían: ‘juega pívot’, y yo no sabía que era eso. Éramos muchachos de pueblo”, sentenció el carupanero en conversación con la colega especializada Geisha Torres en la cuenta Instagram de la LPB.
“En la LPB se jugaba buen baloncesto. La gente dice que se jugaba mejor baloncesto que ahora. Eso dice la gente. Son épocas diferentes y jugadores atléticamente diferentes. Ahora son jugadores más técnicos. Se jugaba baloncesto muy duro en aquellos momentos”, sostuvo el ex jugador de beisbol y voleibol.
El criollo forjó sus primeros pasos internacionales en Estados Unidos con Jacksonville University: “Primero fui a Santa Barbara City College. Me llamaron a Jackson, Texas, donde me fue muy bien. Les abrí las puertas a muchos otros para estudiar en Estados Unidos. Pudimos conseguir becas para 25 o 30 jugadores más adelante. Carl Herrera, Armando Becker Víctor David Díaz, entre ellos. Es de las grandes satisfacciones que le queda a uno. Haber contribuido al desarrollo de muchos atletas”.
Sus actuaciones en el baloncesto universitario llamaron la atención en la NBA, ya que atesoraba promedios por encima de los 20 puntos de anotación en esa etapa. Hubo pruebas, pero un mal agente cerró el camino de Estaba: “Puedo estar tranquilo porque jugué contra equipos NBA y rendí. Y pude estar allí. Hubo dos causas fundamentales. Luego me di cuenta, cuando jugamos la final con el Dream Team (Portland 1992), que conversé con Karl Malone. Yo le dije: ‘Este agente que tienes, ¿cómo fue que firmaste con él?’, Malone se sorprendió y me contestó: ‘¿Estás relacionado con él? Yo estoy finalizando el contrato con él’. Sé que pude haber jugado allí (en la NBA)”.
INVITACIÓN
“Me llegó la carta de la invitación del draft de la NBA en 1991 y me fui con la serie final igualada a dos en la LPB. Me eligieron los Seventy sixers (76, de Filadelfia) y Charlotte (Hornets). El agente decidió que fuera por Charlotte”, recordó Estaba sobre el ascenso frustrado a la mejor liga del mundo.
“A todo ser humano que le gusta el deporte quiere vestir la camiseta de Venezuela. Eso era todo. Todos eran muy entregados. Venía finalizando en la universidad y fui al Premundial en México y clasificamos para el (Campeonato) Mundial. Quedé entre los cinco jugadores del torneo. En el Mundial me veo liderando el campeonato mundial en rebotes, y quedé líder en rebotes y mejor en varias estadísticas. 21.5 puntos por juego”, describió sobre jugar con la selección nacional.
Luego vino el hito del Campeonato Suramericano de 1991 en Valencia: “Recuerdo que ya le habíamos ganado a Brasil. Los brasileños no querían que cantáramos el Himno Nacional y alguien del público se dio cuenta y empezó a cantarlo. La gente se metió en el juego y fue la energía del sexto hombre”.
“No es solamente que los llamemos el ‘Dream Team’. Es el mejor equipo de todas las disciplinas deportivas de toda a la historia. Disfrutamos ese momento. En el segundo tiempo decidimos salir a jugar, había mucho dinero en el tabloncillo”, describe estaba sobre la histórica final del Preolímpico de Portland 1992.
“Es indescriptible. Hay cosas que no se pueden describir con palabras y esa es una. Representar a Venezuela en unos Juegos Olímpicos. Uno juega por amor a la camiseta. No piensas en récord y números. Uno piensa en jugar por el equipo, por la camiseta”, sentenció “El Jabao” sobre su experiencia en Barcelona 1992.
LEGADO
En la LPB, Estaba iba cimentando su legado. Logró el título en 1991 con Marinos: “Era un equipo bien integrado. Allí se vivieron buenos momentos y la gente allí (en Puerto la Cruz) sabe de baloncesto”.
En 1996 le toca la suerte del título con Gaiteros del Zulia: “Viví grandes experiencias, tuve grandes momentos, dejé grandes amigos allí. El público siente cada lanzamiento, cada gota de sudor que dejas. Se juega sabroso”.
“La plaza más difícil para mí, era complacer a los maracuchos. Son muy ocurrentes. Me gustaba jugar contra Marinos, contra Trotamundos. Así es el deporte”, suscribió quien disputó 801 partidos, anotó 12.796 puntos, tomó 3.303 rebotes y dio104 bloqueos.
El célebre mote de “El Jabao” surgió en La Habana, Cuba: “Estábamos jugando un torneo en Cuba y en un partido estaba anotando muchos puntos y empezaron a decir desde las gradas: ‘¿Quién para a ese Jabao?’, refirió Estaba sobre el calificativo que se da en la isla a las personas de tez clara y pelo rizado amarillo oscuro.
Estaba no quiso despedirse sin dejar consejos a los futuros jugadores: “Uno tiene que usar el tablero para educar el brazo. Esa es una filosofía que aprendí en Estados Unidos. Es un dato para mejorar su lanzamiento. También yo hacia cualquier cosa con tal de coger el rebote. Lo primero era un hacer buen bloqueo del contrario”.