“Los movimientos sociales de América Latina reconocemos que la lucha es contra el sistema patriarcal, capitalista, neoliberal, colonial, transnacional que oprime a las mujeres, a los hombres y la naturaleza por eso manifestamos que:
Las organizaciones sociales tenemos la responsabilidad política e histórica de consolidar hoy un movimiento latinoamericano de lucha contra el sistema patriarcal con estrategias claras que vayan más allá de las simples declaraciones.
Proclamamos la soberanía sobre nuestros cuerpos y nuestras mentes como base de la expresión soberana de nuestros pueblos y nos comprometemos en la descolonización de nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y nuestros territorios.
Exigimos a los Estados políticas públicas con recursos para eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres y contra grupos minoritarios.
Exigimos que el movimiento social sindical popular se comprometa con acabar con la violencia hacia las mujeres que es una violencia estructural. No vamos a acabar con el capitalismo si no acabamos con la violencia hacia las mujeres.
Exigimos a los gobiernos que los crímenes hacia las mujeres sean tipificados como femicidios y que los medios de comunicación no los asuman como crímenes pasionales. A las mujeres nos matan por ser mujeres.
Exigimos que los movimientos sociales se comprometan efectivamente con la despatriarcalización interna de las estructuras organizativas y logren la despatriarcalización de los Estados.
Exigimos el reconocimiento y la valoración del trabajo productivo y reproductivo de las mujeres del área rural y urbana en el producto interno bruto de los países.
Los movimientos sociales, sindicales y los pueblos tienen que comprometerse en adoptar un lenguaje inclusivo que deje de invisibilizar a las mujeres.
“Demandamos a los gobiernos el respeto de la orientación sexual diversa e identidad de género (Lgbti), sensibilizando a la sociedad para la inclusión plena.
Los gobiernos y los movimientos sociales deben comprometerse en lograr la igualdad laboral y sindical de las mujeres garantizando su acceso a los espacios de decisión.
Los Estados y los movimientos sociales deben garantizar paridad, alternancia y secuencia para llegar a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Los Estados y las organizaciones sociales y políticas deben construir y garantizar una educación con perspectiva de género desde los niveles elementales como parte de la lucha contra el patriarcado. Los gobiernos de la región deben consolidar programas de salud especializados para diversidades sexuales y de género.
Desde la soberanía de nuestros cuerpos manifestamos nuestro apoyo al pueblo venezolano y exigimos que se derogue el decreto establecido por Obama.
Denunciamos la explotación de nuestros territorios y el saqueo de nuestros recursos y convocamos a una defensa articulada desde los pueblos empobrecidos, originarios, campesinos. No permitiremos más explotación de las transnacionales ni complicidad de los gobiernos y nos solidarizamos con Ecuador. ¡Fuera la mano negra de la Chevron!
Partimos de la soberanía de nuestros pueblos por eso creemos legítimo que Bolivia recupere su mar.
Tanto La Cumbre de los Pueblos como la Cumbre de las Américas debe incluir en su declaración final la exigencia para extraditar al soldado norteamericano Omar Antonio Vélez Pagán asesino confeso de Vanessa Rodríguez, para ser juzgado en Panamá.
Las mujeres, homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales latinoamericanos y del Caribe exigimos la excarcelación del compañero Oscar López Rivera luchador por la independencia de Puerto Rico y los derechos humanos, que lleva 34 años en cárceles en Estados Unidos.
Denunciamos que los temas de género y los relacionados con las mujeres son siempre puestos al final de la lista y ubicados los espacios de trabajo en los lugares menos accesibles como ha sucedido en esta cumbre. Acabar con el machismo y la subestimación es parte de la lucha contra el patriarcado.»