Génesis Fonseca: “Nuestro cine y televisión necesitan explotar más el maravilloso país que es Venezuela”

“Nuestro cine y televisión necesitan explotar más del maravilloso país que tenemos. Venezuela es un país con paisajes hermosos y su gente siempre tiene una historia positiva que contar”, señaló la actriz y directora Génesis Fonseca, quien sacó su primer documental.

“Considero que en el área audiovisual hemos evolucionado mucho con el pasar del tiempo y eso es maravilloso. Pienso que ahora es cuando nos queda un largo camino que explorar y explotar a través del séptimo arte o la pantalla chica. Venezuela es un país lleno de talento, de gente bonita, de peculiaridades y fenómenos que hay que mostrar ante las cámaras”, agregó la joven.

La joven lanzó La magia de ser mujer, “una historia aleccionadora para las mujeres. “En general hay que buscar temas donde esté presente la inclusión y la no discriminación, porque pienso que se puede utilizar el cine como vehículo para invitarnos a pensar”, dijo.

Este trabajo de diez minutos es un corto documental centrado en el empoderamiento femenino, que destaca la labor de las mujeres a lo largo del tiempo, “a través de diversos episodios históricos que han generado un cambio significativos en el mundo”.

Para Fonseca, una joven graduada en artes en la UCV (“pero siempre aprendiendo”), esta producción, que también produjo y escribió, “busca resaltar la importancia de la mujer en cualquier sociedad. Este proyecto es el inicio de posteriores producciones sobre la mujer venezolana”.

Exigente

Fue exigente la producción de este audiovisual: “El convocar tantas personas al mismo tiempo, por ejemplo, durante la producción de mi cortometraje, considero que ha sido una de las cosas más difíciles porque es sumergirse en el pensamiento de cada persona a la que le planteas el proyecto, mostrarle lo que quieres lograr, entender a quienes le presentas el proyecto, así como resolver las situaciones que se presenten con cada persona o empresa. Como dije, son muchas mentes dentro de un proyecto con un mismo fin. Lo importante es saber resolver y coordinar como productora”.

Siente que hacer más guiones es una meta a corto plazo: “Siento que efectivamente la escritura sería una buena veta para explotar. Al estudiar cine y ver las primeras materias de guion, o aprender con mi maestro, Miguelangel Landa, me di cuenta que durante todo ese tiempo estuve contando historias sin saber que se llamaba así “el guion y mientras más elementos descubría para hacer mis historias interesantes, más me apasionaba la idea de seguir escribiendo evocando cualquier espacio tiempo, bien sea el pasado, por el cual me inclino muchas veces; así como el presente, o inclusive, dar un aproximado de cómo imagino el futuro mediante una historia que escriba, lo cual es bastante común al desarrollar un guion.

Hoy es fácil, pero lo siente como un reto a vencer: “Alfred Hitchclock decía algo con lo cual estoy de acuerdo al 100 por ciento, y es que “para hacer una buena película se necesitan solo tres: un buen guion, un buen guion y un buen guion”. Es el punto de partida para arrancar a producir una película. Es decir, sin el mismo no hay película, pero un guion no es una película; es como echar un cuento, pero en un formato especial. Para mí es emocionante pensar en alguien o imaginar a ese alguien, que debe hacer algo, que debe tomar acción por algo en un punto específico con uno o varios conflictos de por medio que resolver; o en dado caso, un mensaje que dar. Pero no solo se trata de regirse por las reglas de cómo llevar a cabo ese guion. También está la parte difícil en que uno trata de no caer en un cliché, porque a veces inconscientemente uno lo hace cuando escribe, especialmente porque en tu mente hay muchas imágenes o cosas que ves y que sin querer las plasmas, a pesar de que siempre trato de buscar la originalidad, lo cual no es cosa fácil.

“Recuerdo que en la universidad mi profesor de guion y realizador Rafael Marziano nos ponía una lista de cosas que no podíamos plasmar en la historia, como por ejemplo, evitar los finales en que el protagonista le pasan una serie de cosas increíbles y resulta que al final todo era un sueño… todo esto con la intención de que exprimiéramos al máximo la creatividad. Y sinceramente estoy muy agradecida con ese aprendizaje, porque es un ejercicio que te hace pensar en lo inimaginable, lo que todavía no existe, lo que solo está en la mente de uno que al final es válido llevarlo a la historia que uno esté escribiendo”, siguió argumentando.

T/ Eduardo Chapellín
F/ Cortesía G.F.