Genio y estrategia de Bolívar condujeron a la victoria final en el campo de Carabobo

Fijado el 28 de abril de 1821 como fecha última de vigencia del tratado de Armisticio, firmado en Trujillo en noviembre de 1820, ambos ejércitos, patriota y realista, se aprestan a reanudar las hostilidades. A juzgar por el flujo de información publicada en el Correo del Orinoco en los meses de abril, mayo, junio y julio, Bolívar esperaba con impaciencia el cese del acuerdo para desatar la orden operativa de la campaña de liberación de Venezuela que detalle a detalle había concebido. Por esto ordena mover a las tropas en oriente, en los llanos, en occidente con Rafael Urdaneta y Cruz Carrillo. Por lo demás, Bolívar estaba seguro de que la batalla final estaba cerca, a la vuelta de la esquina, y que el triunfo sería suyo y de sus soldados. Los días del Imperio Español estaban contados en Venezuela, solo se desconocía el sitio y la fecha. En esas excitantes semanas el Libertador sigue con interés cada uno de los pasos del general La Torre, jefe del ejército realista.

Bolívar estimaba, de acuerdo al movimiento de las divisiones de La Torre, que este se concentraría entre San Carlos y El Pao. “Allí le buscaremos y en todo el mes próximo habremos decidido la suerte de la campaña, si nos espera en sus posiciones, como es probable”, señala el Libertador en un boletín, en el que detalla el movimiento de las tropas, firmado el 12 de mayo de 1821 en el cuartel general de Barinas, y publicado por el Correo del Orinoco el 7 de julio de 1821, aunque por cuestiones de las distancias y lo difícil de las comunicaciones ya la victoria se había alcanzado para tal fecha en el campo de Carabobo, pero la noticia, se presume, no había llegado a la redacción.

La ruptura de Maracaibo con el gobierno español y su incorporación a la recién creada República de Colombia, (hecho que provocó la ruptura del Acuerdo de Armisticio), la ocupación de Caracas por las armas de Colombia, la liberación de Coro fueron publicadas respectivamente en primera plana como noticias de abrir en el Correo del Orinoco en las ediciones del 5 de marzo de 1821, el 31 de mayo de 1821 (número extraordinario) y el sábado 23 de junio de 1821, un día antes de la Batalla de Carabobo, i anunciaba la toma y liberación de Coro por Rafael Urdaneta.

Liberadas Maracaibo, Caracas y Coro

Bajo el título de “Maracaibo libre”, el periódico señala en un comentario del primer párrafo: “El 28 de febrero por la mañana se recibió en esta capital (Angostura) la impensada e interesante Noticia de haber proclamado Maracaibo su Libertad e Independencia, según consta de los siguientes documentos…”.

Luego se inserta la noticia bajo el título de “Anuncio”: “La Ciudad de Maracaibo hizo el amanecer del día 28 de Enero último su revolución espontanea por pertenecer a la República de Colombia. La ha conseguido sin efusión de una gota de sangre; porque las Autoridades de acuerdo y de la misma opinión del Pueblo han hecho la transformación del modo más digno. El General Comandante General de la Guardia ha recibido comunicación oficial de las Autoridades que mandan aquella ciudad a nombre de Colombia y que son las mismas que antes mandaban por el Gobierno Español, pidiendo que se les acoja bajo la protección de la República, y ha dispuesto que se comunique en la orden general de La Guardia para su inteligencia y satisfacción”. El parte está firmado por G. Boodberry, jefe interino, en el cuartel general de Trujillo el 1 de febrero de 1821.

El 14 de abril de 1821, el periódico angostureño anuncia la “renovación de la guerra”, con el 28 de abril como fecha acordada para el inicio de las hostilidades.

En su número extraordinario del jueves 31 de mayo de 1821, el Correo del Orinoco informa sobre la impactante noticia de la ocupación de Caracas por el general José Francisco Bermúdez. Allí se dice, según una comunicación recibida por el vicepresidente, fechada el 17 de mayo en Guanape: “… el esforzado General Bermúdez por marchas rápidas y bien dirigidas, en que supera cuantos obstáculos y resistencia le opuso el enemigo había avanzado el 14 hasta el pueblo de Guarenas y que el 15 entraría a Caracas. Cuando estaba pronto a salir de la prensa una hoja extraordinaria para comunicar tan interesante acontecimiento, se recibieron ayer a las once de la mañana otros despachos de S.E desde Uchire en data del 18 avisando que efectivamente había sido ocupada aquella capital el mismo día14 a las cinco de la tarde. Se dispuso luego su publicación por bando a que asistieron las tropas de línea de la guarnición, la Infantería y Caballería del Cuerpo Cívico y un inmenso concurso que con las más festivas y cordiales aclamaciones celebraban los triunfos de la República, dándose mutuos parabienes por contemplar ya libre de sus opresores a la ilustre Capital de la República, Patria del hijo predilecto de la gloria, del inmortal Bolívar”.

Sin embargo, Caracas días después caería de nuevo en manos realistas.

El 23 de junio de 1821 el periódico abre su primera página con “Coro libertado por las armas de Colombia”.

La información detalla que el martes 19 de junio se conoció en Angostura el primer anuncio de que habían entrado las armas de Colombia a Coro, según parte de Santiago Mariño en el cuartel general Libertador en Boconó. Mariño había recibido la noticia del coronel Cruz Carrillo, que estaba en el cuartel de El Tocuyo.

Escribe Mariño: “Sr Coronel Cruz Carrillo me dice entre otras cosas desde su Cuartel principal del Tocuyo con fecha de 19 del corriente lo que sigue. Hago a V.E. este parte muy sucinto con el fin de comunicarle la satisfactoria noticia de la toma de Coro por el Sr. General Urdaneta. Aunque no lo sé por oficio de este señor general, me lo han participado a la vez dos comunicaciones; la de más crédito es la de un oficial llamado Alezandro Alam de 15 del corriente desde Siquisique, quien se halla de comandante en aquel pueblo; y aun añade que el Sr. General ha puesto de comandante en la Serranía de Coro al ciudadano José María Villavicencio y que los de Paraguaná y Vela de Coro fueron los primeros que se pusieron de la ciudad. En Siquisique han aclamado la libertad en medio de vivas a Colombia, tiros de fusil y repiques de campanas…”.

Santa guerra

El sábado 19 de mayo de 1821, el Correo del Orinoco inserta en sus páginas una serie de proclamas dictadas por Bolívar en su cuartel general en Barinas entre el 17 y el 25 de abril de 1821. Dirigidas a los soldados del ejército libertador, a los pueblos de Colombia, a las tropas españolas, en ellas se refiere, entre otros aspectos, a “nuestra Santa Guerra”, en el sentido de humanizar la encarnizada contienda y el fin de la “guerra a muerte”.

En el tercer párrafo de la primera proclama señala: “Colombia espera de vosotros (sus soldados) el complemento de su emancipación; pero espera aún más, y os exige imperiosamente que en medio de vuestras victorias seáis religiosos en llenar los deberes de nuestra Santa Guerra”.

En la segunda proclama a los pueblos de Colombia indica: “Colombianos: los gritos de nuestros ejércitos padeciendo privaciones mortales, los gritos de los pueblos ya expirantes, ya exánimes, nos fuerzan a llevar nuestras armas a conquistar la paz, expulsando a nuestros invasores. Esta Guerra sin embargo no será a muerte, ni aun regular siquiera. Será una Guerra Santa: se luchará por desarmar al adversario, no por destruirlo. Compartiremos todos por alcanzar la corona de una gloria benéfica”.

En la proclama del 25 de abril dirigida a los soldados patriotas se refiere a la victoria final y a la obligación de ser más piadosos que valientes: “Soldados: todo nos promete una Victoria final, porque vuestro valor no puede ya ser contrarrestado. Tanto habéis hecho, que poco os queda que hacer; pero sabed que el Gobierno os impone la obligación rigurosa de ser más piadosos que valientes”

Y agrega: “Sufrirá una pena capital el que infrigiere cualquiera de los artículos de la Regularización de la Guerra. Aun cuando nuestros enemigos los quebranten, nosotros deberemos cumplirlos para que la gloria de Colombia no se mancille con sangre”.

Repliegue realista

Sustenta Indalecio Liévano Aguirre en su obra Bolívar, al analizar lo planificado por Bolívar para liberar a Venezuela: “Las órdenes libradas esos días (abril de 1821) en el estado mayor y en la secretaría del Libertador muestran ya las grandes líneas del plan estratégico que habrían de reducir a la impotencia a las últimas fuerzas expedicionarias del monarca español. Esencialmente, comprendían un ataque combinado y simultáneo contra las posiciones centrales del enemigo, localizadas en Caracas, en las regiones valencianas y en los Llanos Altos. Para el efecto, Bolívar ordenó al ejército del Oriente, cuyo mando tenía Bermúdez, avanzar desde las costas de Barcelona hacia la capital; las fuerzas del frente occidental, constituidas por los regimiento de que disponía Urdaneta en Maracaibo, recibieron instrucciones de marchar sobre Coro; a la división de cruz Carrillo, acantonada en Carora, se le ordenó avanzar sobre Puerto Cabello , y a la Guardia, situada en Trujillo, prepararse, en combinación con el ejército del Apure, para dar el golpe definitivo al enemigo, cuando las operaciones anteriores hubieran impuesto su inevitable fraccionamiento”.

Más adelante indica el historiador que las operaciones se desarrollaron con extraordinarios éxitos iniciales.

El 6 de mayo, después de pasar el Unare, Bermúdez batió a la guarnición realista del Guapo, mientras que Urdaneta derrotó al enemigo en Casigua y el 11 de mayo entra a Coro. El 25 de mayo las tropas de Cruz Carrillo salieron de Carora y se apoderan de Barquisimeto, formando con las fuerzas de Urdaneta, en Coro, los extremos de un triángulo que amenazaba directamente a Puerto Cabello.

“Esta serie de golpes sucesivos obligaron al general español a dar principio al fatal fraccionamiento de sus fuerzas y el consiguiente debilitamiento de sus posiciones vitales; ordenó a Morales dejar Calabozo y acercarse a Caracas para reconquistarla; y él (La Torre) mismo se desprendía de fuerzas considerables en su cuartel general, para proteger a Puerto Cabello contra la doble amenaza de cruz Carrillo y Urdaneta. Tal era la oportunidad que esperaba El Libertador, Grande fue, pues, su satisfacción cuando supo que Páez, por fin, abandonaba a Achaguas y se acercaba a Guanare, punto acordado para reunirse con la Guardia”, apunta Aguirre.

La Torre, al conocer la proximidad de Páez, y dándose cuenta que no podía efectuar en San Carlos una concertación de fuerzas poderosas para hacerle frente al Libertador y al llanero, sin abandonar la defensa de sus posiciones en el norte, optó por evacuar San Carlos y retirarse hacia las proximidades del lago de Valencia, donde podía defender a Puerto Cabello y la llanura de Carabobo que le ofrecía grandes ventajas para detener cualquier avance del enemigo en occidente sobre la capital, Caracas.

Una vez que La Torre se retira de San Carlos, inmediatamente Bolívar toma la ciudad y espera el resto de las tropas. El Libertador parte de San Carlos y el 23 de junio de 1821 pasa revista a sus tropas en la sabana de Taguanes.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO