La ministra de Salud de Francia, Marisol Touraine, solicitó este viernes a la Unión Europea (UE) limitar la prescripción de los anticonceptivos de tercera y cuarta generación, en el marco de una polémica que se levantó a raíz de unas denuncias sobre sus efectos secundarios.
Touraine explicó en una rueda de prensa que en Francia “se puso en marcha un dispositivo para reducir las recetas de esas píldoras, que tienen un mayor riesgo de provocar problemas cardiovasculares con respecto a las de segunda generación”.
De acuerdo con la ministra de Salud francesa, al menos dos millones y medio de mujeres consumen actualmente esas tabletas en la UE y de ellas la mitad son francesas, lo que consideró como “una cantidad excesiva”.
La polémica sobre esas pastillas, distribuidas por las farmacéuticas Merck, Bayer, Pfizer, Servier, Novartis y Sanofi, fue abierto en diciembre pasado por la joven Marion Larat, quien responsabiliza al anticonceptivo de haberle provocado un Accidente Cerebrovascular (ACV).
Después del caso de Larat, unas 30 mujeres más denunciaron su intención de presentar demandas contra los fabricantes de estas pastillas.
La Federación de Médicos de Francia (FMF) ordenó a principios de semana detener de manera inmediata la comercialización de las tabletas, informó en su momento el presidente de la FMF, Jean-Paul Hamon. “Si un fármaco es peligroso y la relación riesgo beneficio es desfavorable, debe ser suspendido o retirado”.
Por su parte, la Agencia Europea de los Medicamentos (EMA) declaró recientemente que no hay razón para dejar de tomar esas píldoras, pues el peligro de trombosis es raro y no existe ninguna otra prueba sobre un problema de esta naturaleza ligada a los anticonceptivos en la UE.