La República Oriental del Uruguay se retiró formalmente de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), organismo internacional que tiene como objetivo construir un espacio de integración cultural, económica, social y política, respetando la realidad de cada nación, y que ha sido boicoteado con el ascenso de gobiernos neoliberales en Nuestra América, subordinados a los lineamientos de Waschington.
La decisión -calificada por movimientos sociales y diversos analistas políticos como un duro golpe a la unión latinocaribeña- fue anunciada por el presidente uruguayo de centroderecha, Luis Lacalle Pou, quien desde su toma de posesión ha prometido, abiertamente, políticas hostiles contra países como Nicaragua, Cuba y Venezuela, así como la sumisión al gobierno de los Estados Unidos.
«Se trata de un organismo regional, basado en alineamientos político-ideológicos y que, en los hechos, ha dejado de funcionar: ya no cuenta con sede y carece de secretaría general operativa», precisó el canciller uruguayo, Ernesto Talvi.
La fractura de los organismos regionales de integración como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unasur se produce en medio de un escenario donde la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), apoyados por poderes fácticos, cobran fuerza para legitimar injerencias militares en el continente.
Además, la decisión de Lacalle Pou se produce poco después que el mandatario uruguayo hablara con su par estadounidense, Donald Trump, para dialogar sobre la supuesta «necesidad» que tienen ambos países de crear una nueva alianza basada en «valores democrático» compartidos» y una «relación diplomática y económica más profunda».
Sin embargo, para el periodista argentino, Marco Teruggi, la salida de Uruguay del mencionado bloque regional -fundado en 2008 por Gobiernos progresistas- boicotea la unidad latinocaribeña frente a los complejos escenarios que transita América Latina, como el derrocamiento del presidente constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, entre otras conspiraciones originadas en el seno de las oligarquías.
«Uruguay se retiró de la UNASUR. La UNASUR sería hoy un instrumento clave ante las elecciones en Bolivia, en lugar de una evidente OEA golpista. La política exterior de las derechas, articuladas por EEUU, es golpear todo mecanismo de integración latinoamericano», escribió a través de su cuenta en Twitter.
Por su parte, el analista de temas políticos Juan Alberto Sánchez Marín, en una entrevista concedida el martes a HispanTV, señaló lo siguiente: «Desde mi perspectiva era de esperar esta postura. La política uruguaya va a dar un giro de 180 grados… es decir alineamiento estratégico y geoestratégico ciego con los Estados Unidos».
Desde abril de 2018, los gobiernos neoliberales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Ecuador han abandonado la Unasur.
T/Luis Lovera Calanche
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