Por Jesús Faría|Gran Guerra Patria (Opinión)

Hace 70 años se celebró en el planeta una de las mayores hazañas de las fuerzas del progreso. El glorioso Ejército Rojo y el heroico pueblo soviético derrotaron al nazifascismo, la forma más criminal de la arremetida anticomunista que ha desatado la oligarquía financiera internacional. El imperialismo enfiló sus baterías tenebrosas contra la Unión Soviética.

Esta epopeya de dimensiones gigantescas, dirigido por el Partido Comunista de la Unión Soviética bajo el mando de Stalin, logró liberar a los pueblos del mundo de las oprobiosas fuerzas hitleriana.

En la historia están escritas con letras de oro las demostraciones de heroísmo y sacrificio ilimitados en la resistencia de Moscú, el cerco de Leningrado, las batallas de Stalingrado y Kursk, la ofensiva hacia Berlín, la liberación de Europa oriental, entre muchísimos otros. El pueblo soviético ofrendó 27 millones de vidas a la causa de la libertad.

De aquella gesta heroica podemos extraer, guardando las distancias, conclusiones muy valiosas para nuestra revolución.

Al fascismo y la agresión imperialista se derrotan con la unidad del pueblo, con la más decidida ofensiva revolucionaria encabezada por un gran partido de vanguardia.

El imperialismo agudiza su agresividad, las agresiones en contra de los pueblos, a lo cual se tiene que responder con la unidad de las fuerzas progresistas del mundo.

La única forma de derrotar una agresión imperialista es a través de la unidad del pueblo con sus Fuerzas Armadas y sobre la base de un sólido fundamento económico.

Sembrar en el seno del pueblo la consciencia patriótica e internacionalista es una tarea vital.

Tenemos enormes fuerzas de inspiración, desde Bolívar a Chávez, pero también nos alimentan epopeyas como las del pueblo y Ejercito soviéticos.

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