Esta mañana el presidente de Grecia, Yorgos Papandréu, solicitó la activación del plan de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El Mandatario admitió a los medios que «era un imperativo pedir la ayuda».
Apenas doce días atrás, los miembros de la Unión europea se habían puesto de acuerdo sobre los prestamos binacionales que cada uno de ellos junto con las instituciones crediticias como en Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) aportarían en caso de que el país heleno ameritara un rescate financiero.
Medios internacionales afirman que el primer crédito podría alcanzar los 10.300 millones de euros, con lo cual el país podría afrontar el pago del vencimiento de su deuda previsto para el mes próximo. El plan de rescate prevé que dos terceras partes de la ayuda internacional provendrían de los países de la unión y el resto del FMI.
En total, el rescate podría alcanzar los 30 mil millones de euros, los cuales se prestarán a un 5% de interés. Paises como Alemania han condicionado su ayuda a presentación de un plan de ahorro creíble por parte de Grecia, lo cual podría agravar la ya complicada situación política del país.
El déficit público del Grecia se ubica cerca de un 13% más de lo que produce el país en todo un año, al mismo tiempo que continúan las protestas de la población por el aumento de los impuestos, el encarecimiento de la vida y los recortes de salarios de los funcionarios.