Columna Xin chao|La guerra y la paz (Opinión)

Tres efemérides involucraron al pueblo vietnamita en una semana de distensión y reflexión sobre la guerra y la paz: el martes 28, Día de los Reyes Hung, constituye un gran momento de gratitud a los fundadores de la nación que además lucharon contra el invasor extranjero. Dice la sabiduría vietnamita, que al tomar el agua se recuerda el manantial.

Dos días después, el pasado jueves 30, la atención se posesionó de Ciudad Ho Chi Minh: desfiles, fuegos artificiales, donde la bandera azul y roja de la República Democrática de Vietnam y la seda roja-rojita de estrella dorada ondearon al unísono para recordar la Reunificación nacional y la Victoria de la Primavera (Mua Xuan Dau Tien) sobre las tropas usurpadoras de Estados Unidos.

Los medios impresos y audiovisuales desplegaron la euforia nacional: danzas tradicionales, los cantos épicos de los jóvenes comunistas, de franelas rojas y estrella amarilla, las pioneras y los pioneros con sus flores y melodías dedicadas al Tío Ho, y las soldadas y los soldados en estricto orden cerrado.

Y quedó aliento para elevar astas (1° de Mayo) por la lucha mundial de los trabajadores contra el capitalismo depredador; justo homenaje a los héroes de Chicago, quienes dieron sus vidas durante un reclamo reivindicativo por la jornada laboral de ocho horas.

La otra parte de las festividades tuvo escenario en miles de espacios de encuentro popular: la algarabía frente a la gigante estatua de Lenin, las parejas de bailadores de la plaza Ly Thu Trong, o el ambiente festivo en el Parque de la Reunificación, en Hanoi, son apenas una muestra de un conglomerado de 90 millones de personas que disfrutan, minuto a minuto, las bondades de la paz, tras vivir por años los horrores de la locura guerrerista del imperialismo yanqui.

T/Ángel Miguel Bastidas
caracas.xinchao@hotmail.com