Hace 204 años Simón Bolívar fue proclamado Libertador y Capitán General de los Ejércitos

Se afirma que en esa tarde gloriosa del 14 de octubre de 1813, en medio de sonrisas y consignas del pueblo que lo alentaba en su proceder, entró Simón Bolívar a la Iglesia de San Francisco de Caracas. Ese día habría de recibir de manos del gobernador de la ciudad, Cristóbal Mendoza, el título de Libertador y Capitán General de los Ejércitos.

No extrañaba a los habitantes de la capital la entrega de este título al ilustre caraqueño. Era algo así como una crónica anunciada, ya que el 23 de mayo de ese mismo año fue reconocido por el pueblo de Mérida como El Libertador.

Bolívar venía de Cúcuta liderando los caminos y victorias de la Campaña Admirable, una estrategia con la cual Bolívar consiguió liberar al occidente del país del yugo español y abrir el camino para la fundación de la Segunda República

Los historiadores afirman que ese día, en pleno desarrollo de la Campaña Admirable, el brigadier Simón Bolívar llegó a Mérida en donde fue aclamado Libertador. A las 9:00 de la mañana fue recibido por hacendados, campesinos y por personas incorporadas de una u otra manera a la guerra contra la corona, entre ellas Isabel Briceño y Vicente Campo Elías, español que respaldaba a los patriotas.

En Mérida Bolívar logró que se incorporaran 500 hombres a su ejército, obtiene dinero y alimentos. Los patriotas Atanasio Girardot, José Félix Ribas y Rafael Urdaneta, entre otros, llegaron a Mérida con el brigadier Bolívar. Días antes en la población de Bailadores en Mérida, un campesino se le había acercado a Bolívar y le había expresado que sería Libertador de Venezuela.

El propio Bolívar estando en La Grita se había referido a sus tropas como Ejército Libertador de Venezuela.

«Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos, ciudadano general Bolívar. ¡Que vuestra mano incansable siga victoriosa, destrozando las cadenas de los redimidos y digan un día, Bolívar vengó vuestros agravios!», fueron las palabras que recibió Bolívar de la asamblea popular merideña, en esa ocasión.

La decisión de los merideños de aclamar a Simón Bolívar como Libertador fue confirmada luego por el Cabildo de Caracas, que el 14 de octubre de 1813 le confiere el título de Libertador de Venezuela.

Con ese título se reconocía su triunfo en la Campaña Admirable, culminada el 6 de agosto cuando Bolívar llega a Caracas

El acto en la Iglesia de San Francisco de Caracas se llevó a cabo en presencia de civiles y militares, que ya conocían la labor de Bolívar, el hombre que defendía de manera ferviente la libertad de los pueblos latinoamericanos.

«Capitán General de los Ejércitos de Venezuela, vivo y efectivo, y con el sobrenombre de Libertador. Es un don que le consagra la patria a un hijo tan benemérito», le expresó Mendoza a Bolívar esa tarde de octubre, durante el desarrollo de la proclamación.

«Me aclaman capitán de todos los imperios de la tierra. Libertador de Venezuela, título más glorioso y satisfactorio para mí, que el centro de todos los imperios del universo», celebró Simón.

Doscientos cuatro años después, el pueblo venezolano recuerda el reconocimiento obtenido por Bolívar, con el fin compromiso de seguir defendiendo la soberanía nacional.

Mensaje del Libertador Simón Bolívar
agradeciendo a la Municipalidad el honor concedido:

“Señores de la Ilustre Municipalidad.

Señores: La diputación de vuestras señorías, me ha presentado el acta de 14 del corriente, que a nombre de los pueblos me transmiten vuestras señorías como la debida recompensa a las victorias que he conseguido, y han dado la libertad a mi patria.

He tenido, es verdad, el honor de conducir en el campo de batalla, soldados valientes, jefes impertérritos y peritos, bastantes por sí solos a haber realizado la empresa memorable que felizmente han terminado nuestras armas. Vuestras señorías me aclaman Capitán General de los Ejércitos y Libertador de Venezuela: título más glorioso y satisfactorio para mí, que el cetro de todos los imperios de la tierra; pero vuestras señorías deben considerar que el Congreso de la Nueva Granada, el mariscal de campo José Félix Ribas, el coronel Atanasio Girardot, el brigadier Rafael Urdaneta, el comandante D’Eluyar, el comandante Elías y los demás oficiales y tropas son verdaderamente estos ilustres libertadores. Ellos, señores, y no yo, merecen las recompensas con que a nombre de los pueblos quieren premiar vuestras señorías en mí, servicios que éstos han hecho.

El honor que se me hace es tan superior a mi mérito, que no puedo contemplarle sin confusión. El Congreso de la Nueva Granada confió a mis débiles esfuerzos el restablecimiento de nuestra República. Yo he puesto de mi parte el celo; ningún peligro me ha detenido. Si esto puede darme lugar entre los ciudadanos de nuestra nación, los felices resultados de la campaña que han dirigido mis órdenes, es un digno galardón de estos servicios, que todos los soldados del ejército han prestado igualmente bajo las banderas republicanas.

Penetrado de gratitud he leído el acta generosa en que me aclaman, sin embargo, Capitán General de los Ejércitos y Libertador de Venezuela. Yo sé cuánto debo al carácter de vuestras señorías, y mucho más a los pueblos, cuya voluntad me expresan; y la ley del deber, más poderosa para mí que los sentimientos del corazón, me impone la obediencia a las instancias de un pueblo libre, y acepto con los más profundos sentimientos de veneración a mi patria y a vuestras señorías, que son sus órganos, tan grandes munificencias.

Dios guarde a vuestras señorías muchos años.»

Caracas, 18 de octubre de 1813.

Texto/CO
Foto/Luis Franco
I/Archivo CO
Etiquetas