Hacia la Constituyente

TEMÁTICA

Por: Equipo editorial Araña Feminista

Colectivos feministas y de la sexo-diversidad nos hemos venido reuniendo para debatir de cara a la próxima Asamblea Nacional Constituyente un conjunto de propuestas desde el feminismo socialista y popular, que iremos publicando en varias entregas.

EL ESTADO QUE QUEREMOS

Pensamos en un Estado que siga profundizando la eliminación de todo tipo de discriminación, para lograr la materialización cada vez más amplia de los derechos humanos, tal como lo plantean los artículos 21 y 23 de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV). Y en este sentido proponemos se visibilicen las discriminaciones por orientación e identidad sexual, por capacidades diferentes y edad. Manteniendo el concepto de que la discriminación es abierta pero también es disimulada, cuando no se hace explícita, pero se manifiesta en los resultados que impiden a determinadas personas el disfrute de sus derechos.

Proponemos que nuestra próxima Constitución debe orientar la despatriarcalizaciòn del Estado como uno de los objetivos indispensables para su transformación. Consideramos el Estado como el organizador de las condiciones materiales que nos afectan, que debe ser transversalizado con una “política en femenino”, es decir, que tenga en cuenta las voces, aportes, saberes y también necesidades de las mujeres. Se trata de cuidar lo común, recuperando las visiones que históricamente las mujeres han mantenido en las sociedades. Y sin olvidar que despatriarcalizar es también descolonizar.

Junto con los derechos humanos deben incluirse los derechos de la Madre Tierra, que es el hogar donde se reproduce y despliega la vida, y constituye un sujeto colectivo de interés común. Necesitamos que se garantice el respeto a los ecosistemas, la regeneración de sus ciclos vitales, funciones y procesos evolutivos. El Estado debe responsabilizarse por el cuidado y protección de los espacios naturales y la reparación de aquellos que han sido agredidos. Para realizar las actividades productivas deberán desarrollarse y apoyarse tecnologías apropiadas y limpias, con el horizonte civilizatorio del vivir bien.

Creemos también en la necesidad de que el Estado venezolano se declare laico, indicando la independencia y autonomía entre el Estado y las iglesias. Actualmente nuestra CRBV garantiza la libertad religiosa, pero no establece la laicidad del Estado, que implica que no hay religión oficial y que no se privilegian las ideas de ninguna religión, ni las religiones influyen en las decisiones políticas. El Estado laico se basa en la convicción de que las leyes de una sociedad deben ser para toda la sociedad, sin ventajas para quienes tienen determinadas creencias religiosas y sin discriminación para quienes no comparten esas creencias.

DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

Los derechos sexuales y reproductivos son una parte esencial de los derechos humanos, porque son parte de la garantía de una vida sana y plena. Las mujeres y las personas diversas sexualmente son principalmente afectadas cuando estos derechos no están garantizados, ya que culturalmente se les imponen una serie de limitaciones que afectan su salud y la calidad de su vida.

Actualmente los derechos sexuales y reproductivos están contemplados en el Art. 76 de nuestra CRBV, donde se establece el derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijas e hijos que deseen concebir, y la protección de la maternidad. Proponemos la ampliación de estos derechos teniendo en cuenta la inviolabilidad del derecho a la vida y a la salud, y el derecho a la autonomía corporal de todas las personas.

Deriva del derecho a la vida la necesidad de garantizar el acceso a servicios de atención a la salud sexual y reproductiva de las mujeres en todas las etapas de su vida y con calidad. Esto implica la obligación del Estado de crear las condiciones necesarias para que las mujeres no mueran por causas relacionadas con el parto y el embarazo, por lo que defendemos el parto humanizado, que respeta los tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y violencia.

Debemos avanzar en el derecho de las mujeres y las personas sexo-género- diversas a decidir sobre sus funciones reproductivas y sobre su sexualidad. Toda persona tiene derecho al ejercicio libre de su sexualidad, teniendo solamente como límite el respeto al derecho de los demás. Se incluye así, el derecho de toda persona a formar una familia, independientemente de su orientación sexual o su identidad de género.

Una propuesta fundamental es el reconocimiento y respeto de la decisión de las embarazadas sobre la continuación o interrupción de su embarazo. Es hora de que las mujeres venezolanas puedan tener acceso a abortos seguros, no clandestinos y debidamente atendidos. Teniendo en cuenta también, que debe reflejarse en todos los aspectos de la reproducción humana el derecho a disfrutar del progreso del conocimiento científico, sin prejuicios, sin discriminación, y sin desmedro de la propia autonomía corporal.

Sin duda, que estos derechos deben ser acompañados por el derecho y el deber de la educación sexual a lo largo de toda la vida, donde se incorpore la educación para el placer.

I/Manuel Loayza