El general Enrique Mosconi fue un verdadero patriota argentino y latinoamericano. Seguramente en Venezuela es muy poco conocido. Fue el creador e impulsor de la empresa petrolera estatal, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Allá en 1936, cuando se enfrentaba contra las grandes petroleras imperialistas, afirmó: “Es menester acelerar la marcha hacia el Junín y Ayacucho económicos”.
Hoy 9 de diciembre se cumple el 190 aniversario de la Batalla de Ayacucho, triunfo definitivo de las fuerzas patriotas republicanas contra las fuerzas colonialistas españolas. Antonio José de Sucre será el comandante en esta victoriosa jornada, y Simón Bolívar el gran inspirador y conductor de la guerra emancipadora.
La independencia política se había alcanzado, pero a costa de todo lo demás, había señalado el Libertador.
Ahora la tarea era utilizar esa soberanía política para lograr –a partir de ella–, la independencia integral de la Patria.
Pero para ello era fundamental contar con dos elementos: la unidad político-territorial y el desarrollo económico soberano. Sabemos que el sostenimiento mínimo del primer elemento no se materializó, y el segundo, por ende, prácticamente ni se logró prefigurar.
Hoy como ayer sucede algo similar. Hemos alcanzado, en varios países de la región, la soberanía política, pero para sostenerla y consolidarla debemos acelerar la lucha por la independencia económica, que implica, insoslayablemente, la unidad suramericana.
En la reunión última de la Unasur llevada a cabo en Ecuador se señaló claramente la necesidad de avanzar en esa dirección.
El tema de la ciudadanía suramericana aparece como una clara señal en ese sentido y sería un logro más de carácter político con sustanciales beneficios en lo económico, social y cultural. El Centro de Arbitraje Sudamericano, rompiendo con los internacionales manejados por el imperialismo, es una resolución de soberanía política ejemplar.
Da toda la impresión de que la mayoría de los gobiernos de los países suramericanos tienen incorporado el tema de la importancia de la integración. Pero hace falta, como decía el general Enrique Mosconi, “acelerar la marcha hacia el Junín y Ayacucho económicos”.