Hacia un Sistema Nacional de Formación y Emprendimiento de la Ciencia, Tecnología e Innovación

Venezuela cuenta con un cuantiosos tecnólogos, inventores y creativos inscritos en el Registro Nacional de Innovadores. Se debería proceder a la identificación de este talento regionalizado, territorializado por cada comuna productiva, de modo que todo electricista, tornero, plomero, mecánico automotriz o experto en reconstrucción y embobinado de motores, entre otros, pueda ser sumado a emprendimientos comunales estimulados por el Estado

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El vigente Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (Plan de la Patria 2019-2025), establece en su Objetivo 2.3.8.10, la necesidad de “Construir una política de Estado que desarrolle las potencialidades del sistema científico-tecnológico, de innovadores y tecnólogos, en función de los requerimientos estratégicos, de los planes, nudos críticos de cadenas productivas, a efectos de contribuir de manera efectiva, en la soberanía científico-tecnológica del país”.

Coyuntura y largo plazo tecnológico

De dicho mandamiento se desprende la impostergabilidad de una gestión pública que apunte de modo simultáneo en varias direcciones: uno, la creación de “un sistema”, un conjunto que armonice las potencialidades y fuerzas productivas dispersas con que se cuenta en el país en cada segmento de su territorio; dos, la valoración de la variable Educación, como elemento sustantivo del Sistema Científico, Tecnológico e innovador nacional; tres, la integración protagónica del nuevo sujeto histórico y constituyente originario de la sociedad venezolana: la Comuna en su dimensión productiva –no se trataría de llamar “Comuna” a grupos que simplemente se reúnen y aprueban la solicitud de recursos del Estado-. Cuatro, el diseño de una estrategia nacional de Ciencia y Tecnología que empalme la coyuntura con el largo plazo; esto: que haga viable la inserción de los paliativos y soluciones de problemas inmediatos por el Estado, dentro de un programa de largo aliento, con el designio de construir la “Venezuela-Potencia”, a que alude el Tercer Objetivo Histórico del Plan de la Patria. Quinto: se trata de definir el orden de prioridades, tanto para la formación como para la destinación de los recursos financieros de que hoy, en medio del terrible “bloqueo económico” impuesto por el actual gobierno imperialista de EEUU contra la patria de Bolívar, se obtenga para el patrocinio de proyectos productivos a distinta escala. Téngase en cuenta que en adelante cualquier proyecto de inversión, hasta el más pequeño monto, debe ir acompañado de exigencias en lo que respecta a desarrollo tecnológico, mejoras incrementales o innovación y procesos de ingeniería de reversa, a partir de la mera reparación y/o reconstrucción de una lavadora, licuadora, torrefactora, escaleras del Metro, embobinado de motores a diversa escala, sea en el sector de electrodomésticos, poniendo por caso, o bien para asegurar el funcionamiento del sistema eléctrico interconectado nacional, construcción de transformadores y equipos de sub-estaciones por parte la industria metalmecánica y eléctrica, encamisado del cobre para cableado; o bien para la reparación y construcción dentro del país, de bombas de achique, entre otras soluciones que, en la línea “varsavskyana” de ciencia y tecnología, respondan a las necesidades concretas de un país subdesarrollado o al menos al que hoy se le restringe desde los centros imperiales, maniatando coactivamente sus productivas.

Identificación del talento

Así, contando Venezuela con un cuantioso número de tecnólogos, inventores y creativos quienes hace un año se adscribieron al Registro Nacional de Innovadores, se debería proceder a la identificación de dicho talento regionalizado, territorializado por cada Comuna Productiva, de modo que cuanto electricista, tornero, plomero, mecánico automotriz, o expertos en reconstrucción y embobinado de motores, entre otros sectores, pueda ser sumado a emprendimientos comunales estimulados por el Estado Bolivariano, se convierta –dicho talento, se repite- dentro de iniciativas tecnológico-industrial, de agricultura urbana, de agro-industria, al menos al nivel alcanzado por Estados Unidos en 1831, cuando el herrero Cyrus Mc Cormick fabricó la primera cosechadora mecánica de la historia. De allí que la construcción de un Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, en adelante debe sustantivizar de una parte la variable “innovación” como actitud emocional y moral de los integrantes de la Comuna, así como del estudiantado con su curiosidad aguzada, e igualmente de quienes forman la mano de obra, elemental y calificada y gerencia de las Empresas del Estado, cooperativas, Empresas Recuperadas, EPS´s, empresas familiares y otras formas de producción alternativa.

Vulnerabilidades y criterio de potencialidades

Estos últimos cuatro años de la historia de Venezuela representan un ánfora de lecciones acerca de las vulnerabilidades, y a la vez respecto a la identificación de prioridades y potencialidades en áreas estratégicas sobre las cuales incide de modo terminante la variable científico-tecnológica e innovadora para el desarrollo endógeno. Ratifíquese el enunciado según el cual, en adelante ningún plan o proyecto del Estado, debe excluir la variable “Ciencia y Tecnología”. Olvidar este punto significaría la perpetuación de Venezuela como rehén de los circuitos importadores, circunstancia que convierte a las naciones en consumidoras acríticas y pasivas de manufacturas y servicios producidos en el exterior. Y ello se explica por cuanto el mundo que surgió de la fragua de la primera Revolución Industrial, en 1785 con la máquina de vapor, hasta llegar al siglo XX, en el cual ya se produce una cuarta Revolución Industrial con el sistema de interconexión denominado “Internet de las Cosas” que integra las TIC y la robótica, cuarta revolución industrial a la cual Venezuela no debe permanecer de espaldas, como, habitantes de la caverna de Platón. Así, la confrontación con el ”ostracismo hemisférico” a que quiere conducir el gobierno del Presidente Donald Trump a Venezuela, para ser exitosa, debe contemplar propuestas concretas de formación del talento que aseguren en un mediano plazo, el inicio de la auténtica independencia tecnológica del país, y que en el ámbito regional y subhemisférico, haga de Venezuela, un país proveedor de conocimiento aplicado e innovaciones, que contrarresten la malo llamada “transferencia tecnológica”, que no es otra cosa que el de compradoras de tecnologías y autorizaciones para el uso de patentes generadas en el Primer Mundo, remachándose de este modo, la condición de neo colonias del conocimiento a que han estado condenadas las economías periféricas, entre ellas la venezolana hasta ahora.

Prioridades tecnológicas

En el marco del Plan de la Patria y la Ley Antibloqueo recientemente aprobada por la ANC, y dentro del contexto económico asfixiante creado por las medidas coercitivas unilaterales e ilegales que EEUU aplica a Venezuela, urge adelantar un marco normativo complementario que promueva y haga vinculante el acompañamiento de todo nuevo proyecto productivo y de servicios para el país, con disposiciones que en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, tengan rango de leyes especiales, decretos-leyes, decretos ordinarios, resoluciones ministeriales y circulares, que contribuyan de una parte a paliar las dificultades que en estos años recientes vienen restringiendo la calidad de vida de las mayorías humildes y clases medias, y de la otra a la inserción de toda iniciativa y respuesta coyuntural, de todo proyecto de IDI, dentro de la hoja de ruta del largo plazo definida en la imagen-Objetivo esbozada en el Tercer Objetivo Histórico: la Venezuela Potencia. Urge elevar la capacidad de negociación tecnológica del país, para restringir los riesgos de distorsión en el ingreso de inversiones foráneas que centran su interés en extraer y llevarse para sus plantas y casas matrices la materia prima, hidrocarburos, oro, coltán, diamante, etcétera, sin contribuir en la verdadera “transferencia” de conocimientos, formación de mano de obra altamenmte especializada, mal este último del que ha ha sido víctima este país desde la firma de los Tratados de “Reciprocidad Comercial” que en 1939 suscribió el gobierno de Eleazar López Contreras, y en cuya ejecución, no había ninguna “reciprocidad” puesto que la manga ancha del intercambio era para EEUU, y la angosta, para Venezuela, al anularse, merced el auge importador que entonces comenzó, la potencialidad de despegue tecnológico y manufacturero, de la industria venezolana

Prioridades tecnológicas

Así, se pudiese sugerir la necesidad de adelantar un conjunto de iniciativas jurídicas, de la mano de expertos en los ámbitos respectivos, que favoreciesen de modo preliminar el siguiente orden de prioridades en proyectos de IDI para la Venezuela de los próximos años, que den viabilidad a la Venezuela Potencia:

Área Salud: dentro de esta cual la gestión del Estado Bolivariano ha resultado altamente calificada y exitosa por los resultados logrados durante el último trimestre de 2020, en dos áreas sensibles que redundan en beneficio físico y restablecimiento de la salud de una inmensa mayoría de venezolanos, efectos por demás extensible al resto de la humanidad. En primer lugar, de acuerdo a los anuncios que al respecto formulase el Presidente Nicolás Maduro, se trata de la tecnología de la “Ozonoterapia” mediante la creación del Centro Científico del Ozono, el cual contempla cuatro objetivos fundamentales «el primero es todo lo alusivo a la aplicación de la ozonoterapia en todas sus modalidades y usos de salud; el segundo es la formación en investigación de la ozonoterapia; tercero, el registro y certificación de los profesionales; y cuarto, la capacidad industrial para la ozonoterapia (producir todos sus derivados)» (https://www.telesurtv.net). Se conoce de los efectos de tratamientos con ozono como antiinflamatorio, anti-tóxico y antivírico. En segundo lugar se encuentra el recientícimo hallazgo e identificación por investigadores venezolanos, de la Molécula que permite “desarrollar un fármaco, basado en la DR-10, el cual inhibe 100 % la enfermedad del coronavirus” (http://www.escambray.cu)

Área del agroalimento: la cual involucra agricultura y cría, en lo concerniente a semillas y nutrientes orgánicos a partir de modificaciones celulares, procedimientos fitosanitarios, sistemas de riego, mejoramiento del ganado, técnicas de conservación en frío, construcción y reparación de tractores, sembradoras, y toda la línea agromecánica acompañamiento y asesoría, de acuerdo al perfil del cultivo o cría y potencialidades del territorio que aseguren y blinden el derecho d ella población a satisfacer a cabalidad sus necesidades de alimentación y subsecuente calidad de vida.

Área hidrocarburos: la cual, en un país que depende de modo sustantivo para su movilización, de los combustibles derivados del gas y petróleo, y entretanto se logran avances en el tendido del sistema ferrocarrilero, va a ser imprescindible atender como prioridad y en términos de genuina urgencia nacional, la provisión de combustibles, aditivos y gasolina de alto octanaje, de procesamiento y fabricación completamente endógena, de modo que se asegure el autoabastecimiento y se reduzca o se haga desaparecer los efectos nocivos y crueles del “bloqueo” externo impuesto por el imperialismo estadounidense contra Venezuela. En el marco de la Ley Antibloqueo la comunidad científica y tecnológica, junto a la gerencia y personal de Pdvasa y el Minpet, están llamados a trazar un conjunto de líneas institucionales para el desarrollo de la innovación que con sustento en normativas subsidiarias de avanzada, tanto de orden legislativo, como por vía de decretos, resoluciones e instructivos ministeriales, que faciliten la apertura de campo a las fuerzas de la imaginación, energías constructoras de nuevo conocimiento básico y aplicado con miras a resolver problemas específicos, apuntando asimismo a la generación de nuevos procedimientos, nuevos artículos y productos derivados de los hidrocarburos, nuevas técnicas de extracción, de almacenaje, construcción de piezas y partes de taladros, válvulas, bombas de barilla, separadores de gas, deshidratadores eléctricos, surfactantes o emulsionantes en la actividad de los mejoradores, por citar algunos tópicos de altísimo requerimiento en conocimiento aplicado y tecnología de hidrocarburos.

Áreas informática y robótica: la cual exige actualizaciones que impidan el rezago del país respecto a los gigantes del conocimiento en cuanto a creación de plataformas, aplicación digital, software agrícola, empleo de drones y satélites y materiales inteligentes en el marco del nuevo mundo que se inaugura con la interconexión conocida como el “Internet de las Cosas”. Toda actualización de la normativa jurídica del país en Ciencia, Tecnología e Innovación debe ponderar estas realidades del conocimiento especializado en Investigación, Desarrollo e Innovación, surgidas en otras latitudes, y cuya transferencia y apropiación mediante estrategias de Ingeniería de Reversa, deben ser apuntaladas mediante la innovación de la sistemática jurídica, a los fines de que se provea estímulos de distinta índole y un cuadro de impulso, que no de refrenamiento u obstáculo, del desarrollo del país. Que tal debe ser la función de progresividad de la norma.

Área de Servicios Estratégicos: respecto a la cual ha de indicarse lo siguiente: la experiencia de la terrible sequía que afectó al país en 2016 y que virtualmente “desertificó” la Represa del Guri, así como las fallas eléctricas y “apagones” del 2019 con secuela en el 2020 en distintas regiones del país, constituyen elocuente confirmación de que Venezuela debe dotarse de una estrategia de previsión y prevención susceptible de dar continuidad a un mínimo flujo de energía eléctrica y agua potable a su población. Y ello, a más de una empresa de financiamiento significa una gesta de orden científico, tecnológico y de innovación, de modo que en aspectos neurálgicos para el desenvolvimiento cotidiano de la Nación, no se vea esta constreñida durante lapsos extra prudenciales, a aguardar la circunstancia fortuita de una lluvia debida a “un milagro”, o la autorización de una potencia extranjera hegemónica para que Venezuela reciba un repuesto, un lote de transformadores u otros de los equipamientos que permiten la operatividad de las subestaciones y estaciones regionales del sistema eléctrico interconectado nacional. Apreciaciones afines pueden formularse en materia de transporte masivo de pasajeros, subterráneo, superficial, acuático, fluvial o aéreo, así como en otros servicios estratégicos. La Ciencia y Tecnología como instrumentos de resolución de problemas, mediante una audaz y sostenida estrategia de Ingeniería de Reversa, constituyen opciones insoslayable que requieren del apuntalamiento de un innovador diseño normativo, siempre d ella mano de los expertos de cada sector específico de modo que se ofrezca soluciones pertinentes en el marco jurídico-formal que acicatee la vocación de innovación de que dispone Venezuela en cada una de sus áreas y sectores.

T/ Néstor Rivero Pérez
F/ Cortesía
Caracas
El autor es abogado – profesor de Sociales – analista de temas Científico-tecnológicos e internacionales. Es Redactor de la vigente Ordenanza de Ciencia, Tecnología e Innovación del Municipio Iribarren’ (Edo Lara) / Autor del Anteproyecto de Ley Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado Bolivariano de Miranda y Miembro del Equipo Corredactor del Anteproyecto Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación-2019 MinCyT