Este viernes 5 de febrero se cumplen 17 años desde que se eliminó el cobro de la matrícula educativa en escuelas, liceos y universidades públicas de Venezuela, anuncio que permitió democratizar el sistema educativo, derecho que por esos años estuvo en proceso de privatización tal como ocurrió durante la década de los años 80 con la proliferación de universidades de gestión privada.
El para entonces recién juramentado como presidente de la República, Hugo Chávez, también asumió el reto de aumentar el presupuesto nacional destinado a la educación, en el que gobiernos de la cuarta República invirtieron apenas 3,9% del Producto Interno Bruto (PIB), duplicado por la Revolución Bolivariana con una inversión de más de 7% del PIB.
Con estas primeras acciones, el presidente Chávez logró masificar la educación universitaria, para ese momento la más vulnerable, al pasar de una población flotante de 668.000 bachilleres a más de 2,6 millones de estudiantes universitarios en la actualidad, lo que ubica a Venezuela entre los primeros cinco países latinoamericanos con mayor cantidad de estudiantes formándose profesionalmente.
Desde 1999 hasta la fecha igualmente se han creado más de 30 universidades, lo que ha permitido municipalizar la educación universitaria.
A todo el proceso de renovación de la educación para hacerla pública y gratuita se sumó la creación de las misiones educativas: Robinson, Ribas y Sucre. Fue tanto el éxito de la Misión Robinson que el país fue declarado en 2005 Territorio Libre de Analfabetismo, luego de contribuir para que 1,5 millones de personas aprendieran a leer y escribir.
Otras políticas han acompañado la visión del sistema educativo como derecho, tal como lo establece el artículo 102 de la Constitución Nacional. Ejemplo de esto fue la puesta en marcha de escuelas bolivarianas proyecto que se amplió con el Programa de Alimentación Escolar (PAE) para garantizar desayuno, almuerzo y merienda a más de cuatro millones de estudiantes de escuelas y liceos públicos.
Además, gran cantidad de recursos ha invertido el Estado venezolano en herramientas para el aprendizaje como el Proyecto Educativo Canaima, que ha distribuido más de 4 millones de computadoras y tabletas a niños y jóvenes en todo el país. Más de 100 millones de libros de la Colección Bicentenario también se han entregado de manera gratuita.