¡Hay que nutrirse mejor! La alimentación previene enfermedades en el adulto mayor

La etapa de vida de la tercera edad en Venezuela, comprende los 55 años en adelante y se caracteriza por ser una población vulnerable. En los adultos mayores, se presentan riesgos importantes de padecimientos o muerte por enfermedades crónicas no transmisibles, como por ejemplo: las cardiopatías, enfermedades cardiovasculares, diabetes y ciertos tipos de cáncer.

Debido a estas enfermedades que pueden padecer las personas de la tercera edad, hay que tener un mayor cuidado en su alimentación y de manera especial si tiene dificultad para ingerir algunos alimentos, ya que es en esta etapa que se inician cambios en el organismo, lo que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas del cuerpo, así como en la capacidad de respuesta del individuo.

El Ministerio del Poder Popular para la Alimentación (Minppal), a través del Instituto Nacional de Nutrición (INN), muestra la importancia que tiene la inclusión de los adultos mayores en la sociedad y orienta sobre cómo alimentar y mantener bien nutrida a esta parte de la población venezolana, para evitar un estado de vulnerabilidad alimentaria.

¿DE QUÉ PADECE UN ADULTO MAYOR?

De acuerdo a las dolencias que presente una persona de la tercera edad, puede presentar molestias de tipo sensorial como: pérdida del gusto, olfato, vista, audición y tacto, las cuales se disminuyen paulatinamente de acuerdo con el estilo de vida que haya tenido y que lleve.

En referencia a la salud oral, es posible que exista la pérdida de piezas dentales, mermando la eficacia de la masticación y la disminución de la saliva, lo que causa sequedad en la boca. Además, en cuanto al funcionamiento gastrointestinal se produce menor cantidad de lactasa, creando intolerancia a los alimentos que contienen dicha proteína, se disminuye el jugo gástrico y pancreático que afecta la digestión de las proteínas, ocasionando evacuaciones menos eficientes debido a que los movimientos gastrointestinales son más lentos.

Mencionando las funciones metabólicas, es común que en los adultos mayores se vean aumentados los niveles de glucosa en la sangre y se observan cambios en la composición corporal, como disminución de la estatura, masa corporal y densidad ósea. En ese sentido sus funciones cardiovasculares también se ven afectadas, provocando mayor riesgo de hipertensión arterial y elevación de la concentración en la sangre como factor de riesgo, para el desarrollo de ateroesclerosis.

En cuanto a la función renal, en los adultos mayores existe una menor capacidad de respuesta a cambios en el estado de hidratación, así como la menor capacidad para manejar los productos de deshecho de las proteínas y electrolitos (minerales presentes en la sangre y otros líquidos corporales), como se mencionó anteriormente.

Mientras la edad del individuo avanza, el número de células nerviosas del cerebro se reduce levemente. Su capacidad inmunitaria se ve disminuida con la edad, sin poder combatir, por ejemplo, infecciones, lo cual hace que se requiera un aumento de sus necesidades nutricionales.

¡ENVEJEZCO Y ME NUTRO!

Tener una alimentación equilibrada es el secreto de para que el adulto mayor supla sus necesidades en cuanto a su energía, proteínas, grasas, vitaminas y minerales, para evitar que existan deficiencias en el consumo de los nutrientes como el calcio, hierro, ácido fólico, entre otros, lo que garantiza una alimentación saludable.

Además, mantener un peso adecuado al llegar a la tercera edad, retarda la aparición o progresión de enfermedades relacionadas con la nutrición o la ingesta excesiva de algunos nutrientes, como la hipertensión. Por ello es recomendable que todas las personas realicen actividades físicas y más si se encuentran en la etapa de la tercera edad; caminar de 20 a 30 minutos, hacer yoga, bailoterapia o taichí, unas dos o tres veces a la semana es importante para poder mantener el cuerpo activo.

Al lograr una alimentación variada y saludable se garantiza una mejor calidad de vida, por ello se debe cumplir con los tiempos de alimentación como lo es el desayuno, la merienda, el almuerzo, otra merienda, la cena y finalmente una merienda nocturna.

En este sentido, vigilar las temperaturas de las comidas ayudará al adulto mayor puesto que su sensibilidad aumenta, así como la preparación de comidas coloridas, de distintos sabores y olores; incluir vegetales de hojas verdes, acompañar las comidas con jugos naturales, así como preparar carnes suaves cortadas en trozos pequeños para su fácil proceso digestivo.

Por otra parte, tener a la mano frutas y vegetales mejora la alimentación de las personas de la tercera edad, lo cual hace que se pueda ofrecer meriendas nutritivas y rápidas, evitando el consumo de alimentos procesados, que en la mayoría de los casos son muy dulces, grasosos e irritantes.

El INN, como ente adscrito al Minppal, exhorta a las familias venezolanas a tomar en cuenta a los adultos mayores de nuestra sociedad, debido a su importancia como sujetos sociales y valiosos capaces de transmitir las tradiciones a nuevas generaciones, sembrar valores de vida, que tienen que ver en buena medida con la soberanía alimentaria de nuestro país.


Canelones rellenos de auyama y queso

Ingredientes
(5 raciones)

20 láminas de canelón.
500 g de auyama sin piel.
1 calabacín.
1 cebollín.
3 dientes de ajo.
4 tomates.
250 g de queso ricota.
50 g de queso parmesano.
50 g de pasas.
2 ramas de romero.
4 hojas de laurel.
5 cdas. de aceite.
1 ramillete de perejil.
Sal en cantidad necesaria.

Preparación

En una olla con abundante agua, agregue la sal y unas ramas de romero; al hervir, agregue los canelones y cuézalos hasta dejarlos al dente. Escurra y deje secar.

Corte el cebollín finamente y sofría en un sartén con aceite, agregue la auyama, el calabacín cortado y sazone. Al deshacerse páselas a un envase, deje que se templen, añada las pasas y el queso ricota. Rellene los canelones con los vegetales y colóquelos en un refractario grande apto para el horno.

Pele los tomates, los dientes de ajo y viértalos en la licuadora, agregue las hojas de laurel y licúe. Pase la mezcla a un sartén con aceite y cocine la salsa a fuego suave, durante 20 minutos. Triture unas hojas de romero con cucharadas de aceite. Cuele sobre la salsa y mezcle bien.

Cubra los canelones con la salsa y ralle encima queso parmesano. Gratínelos en el horno a 180°. Sirva y adorne con unas hojas de perejil.

Aporte nutricional
(1 ración)

Calorías: 670 Kcal.
Proteínas: 29 g.
Grasas: 20 g.
Carbohidratos: 97 g.

Texto: Anagiannela Carreño
Receta: Carla Montaño
Prensa/INN