Héctor Alvarado: «Estaré pendiente del ciclismo mientras respire»

Este guaro tenía asma cuando niño, pero pedaleando se la quitó y hasta varios títulos ganó

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«Yo me ganaba 25 céntimos por reparto y al reunir un bolívar lo utilizaba para adquirir una bicicleta más liviana a un señor que le que decían ‘Chaleco’, así fueron mis primeros pedaleos en este mundo fascinante del ciclismo”, recordó el maestro del ciclismo venezolano, Héctor Alvarado.

Y buena memoria tiene este caballero que el pasado 26 de enero llegó a la centuria de existencia, de los cuales 86 ha estado sumergido en el mundo del deporte y ha pasado por la etapas de atleta, entrenador, dirigente, y hoy por hoy la de espectador y consejero.

Es un barquisimetano que ha sido nombrado Hijo Ilustre de la Ciudad de los Crepúsculos. Sus enseñanzas siempre están dispuestas para todo aquel que quiera escucharlas. Son cien años de vida, y todavía hoy en día él se pregunta si se merece todo lo que ha recibido.

Un 26 de enero, hace 100 años en Paya, un viejo rinconcito de Barquisimeto (hoy día parte de lo que es la avenida Vargas), en el estado Lara, nació en una casa de piso de tierra y paredes de bahareque el maestro del ciclismo larense Héctor Vinicio Alvarado.

Se debe recordar que la trayectoria ciclística de Héctor Alvarado viene desde la década de los años treinta del pasado siglo. Entra en el mundo de las bicicletas por necesidad, ya que a los 14 años se desempeñó como repartidor en la Caracas de los techos rojos y calles de tierra. Era enclenque y asmático, pero compeitía con su pesada bicicleta por las empinadas cuestas de La Pastora, La Florida, la avenida La Paz. Con el correr del tiempo más nunca le dio asma.

Por su buen desempeño, alguien, hace ya unos 86 años, lo animó a correr de forma regular y es inscrito en el Club El Diamante, donde sus ídolos e inspiradores compañeros son, entre otros, Teo Capriles, Carlos de la Madrid, Cosme Fernández y Pedro Aladé, a quien luego vencería.

HACE POQUITO

Sus primeras hazañas se remontan al año 1939, cuando venció a su contrincante Pedro Aladé por corto margen. Luego se consolidó en el deporte del pedal en 1940 al obtener el título nacional y en 1941 trasciende las fronteras del país y va a Montevideo, Uruguay, junto a su admirado Teo Capriles. De allí en adelante múltiples han sido sus logros, tanto así que el velódromo de la capital larense lleva su nombre. Alvarado fue además fundador y organizador de las primeras Vueltas a Venezuela en 1963.

Recorrió los velódromos de toda Venezuela. Su rápida llegada a la selección nacional lo convirtió en un proyecto interesante para el país en el ciclismo y eso le permitió intervenir en diferentes torneos y competencias nacionales e internacionales como los Juegos Bolivarianos, Centroamericanos y Suramericanos y hasta conseguir triunfos y éxitos como el campeonato de Las Antillas en los años 1946, 1947, 1948; la medalla de bronce de los Panamericanos de 1951 en Buenos Aires, Argentina, los primeros realizados en la historia. En 1986 fue exaltado al Salón de la Fama del Deporte Venezolano por el Círculo de Periodistas Deportivos de Venezuela (CPD).

Por todo este indiscutible curriculum ha recibido cientos de reconocimientos, entre los que destaca el velódromo que lleva su nombre en Barquisimeto. Fundado el día de Jacinto Lara, el 28 de mayo de 1971, fue el momento que él mismo describe como el de mayor emoción en su vida. Entre otros galardones tiene la Orden Mérito al Trabajo y muchas más dadas por todos los gobiernos y gobernantes.

“Aquí estamos maestro”, dijo a una distancia prudencial el ciclista Víctor Suárez, quien junto a otros amistades le deseó mucha felicidad al hoy centenario maestro del ciclismo en su casa de Barquismeto. No dejó de responder este merecido homenajeado a las felicitaciones por su onomástico con un profundo agradecimiento: “Gracias a todos ustedes”.

En nota publicada por el diario El Impulso, igualmente Olga Purroy de Alvarado, esposa del cumpleañero, agradeció el cariño que le brindan a este hombre ejemplar, de quien dijo su mayor logro fue la formación de innumerables jóvenes en el mundo del ciclismo, muchos que han enaltecido desde hace generaciones el nombre del estado Lara tanto dentro como fuera del país.

«Estaré pendiente del ciclismo mientras respire», afirmó Alvarado a La Prensa, diario de Lara, hace un año cuando cumplió los 99. También enfatiza que su anhelo es que esta disciplina deportiva no muera en su estado natal: «Con esta carga de años me siento orgulloso y satisfecho de los atletas formados. El ciclismo necesita ayuda, esta disciplina es costosa y requiere de patrocinio».

T/ Eduardo Chapellín
F/ Cortesía VTV
Caracas