El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, tomó este sábado posesión del cargo que lo envistió por segunda vez como mandatario Nacional, en medio de tensión y cuestionamientos sobre su elección, que ha sido calificada como ilegal por parte del pueblo hondureño.
El 17 de diciembre pasado, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras, David Matamoros, proclamó a Hernández como ganador de las elecciones del 26 de noviembre.
El organismo electoral oficializó a Hernández como presidente de Honduras con 42,95% de los votos, pese a que en principio daba como ganador a Salvador Nasralla, y luego de una caída del sistema electoral los resultados favorecieron al aspirante a la reelección.
Ante esto, la Alianza de Oposición contra la dictadura, liderada por el ex candidato a la presidencia Salvador Nasralla, efectuó diversas denuncias en esa nación centroamericana y en espacios internacionales, lo que ocasionó que la ciudadanía saliera a las calles en defensa de la voluntad popular expresada en los comicios, reseñó Prensa Latina.
«Trabajaremos nacional e internacionalmente hasta que el fraude sea revertido. Nuevas elecciones es la única salida para traer paz al pueblo y esto sólo será posible por la presión en las calles», expresó Nasralla.
El 19 de enero Nasralla admitió en una carta pública estar dispuesto a participar en un diálogo nacional que convocó Hernández, y exigió la presencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como organismo mediador.
«En dicho diálogo deberíamos participar, en forma directa o a través de representantes idóneos, los dos candidatos presidenciales que fuimos en conjunto distinguidos mayoritariamente a pesar de los cuestionados datos del TSE por más de 56 % del voto popular», explica la carta de Nasralla.
El jueves pasado se instaló el nuevo período del Congreso Nacional de Honduras para el período 2018-2021 en medio de protestas contra el gobierno de Hernández.