La empresa estatal Hidrobolívar monitorea este lunes los niveles de presión en zonas de Puerto Ordaz, en el Oeste de Ciudad Guayana, tras reponer el servicio de la estación de Bombeo Golfo 7, que alimenta al Acueducto Macagua-San Félix con aguas del embalse de Macagua.
El presidente de esta empresa, Gustavo Imari, explicó que durante la Semana Santa se registró un acto vandálico en el que personas aún no identificadas destruyeron los tableros de control de la estación Golfo 7, provocando la suspensión del servicio hacia la red alta de las parroquias Cachamay, Universidad y parte de la parroquia Unare.
«Más de 40 hombres y mujeres de Hidrobolívar y la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) trabajaron sin descanso para reponer estos daños en apenas dos días y reiniciar el bombeo», apuntó Imeri.
El titular de Hidrobolívar agregó que este acto vandálico fue premeditado y se une a otras acciones similares registradas durante el mes de marzo en el sistema de acueducto Macagua-San Félix, que incluyó la destrucción con fuego de tableros de control y el robo de 5 toneladas de cables de cobre de alta y baja tensión.
«Encontramos evidencia de que se usaron materiales inflamables para incendiar directamente los tableros, pero su sistema de protección se activó y apagó otros equipos evitando daños mayores», destacó.
Imeri hizo un nuevo llamado a la población a que colabore con la denuncia de personas o grupos que se dedican a este tipo de daños contra el servicio de agua potable de Ciudad Guayana, así como a colaborar con el ahorro del vital líquido en momentos en que el país atraviesa la temporada de verano y los niveles de ríos y embalses bajan.
Al respecto, usuarios lamentaron este tipo de daños que solo afectan al pueblo y que generan malestar en miles de hombres, mujeres y niños de todas las edades que sufren la ausencia de agua potable en sus hogares.
«Es inconcebible que haya personas que por egoismo político o motivos personales cometan estos daños que nos afectan al pueblo común y corriente», manifestó Gladys Rojas, vecina de la Urbanización Los Olivos, en la parroquia Cachamay.
Por su parte, el residente de la parroquia Unare, Joaquin Pérez, señaló que «quienes piensan que el pueblo apoya vandalismos como estos están bien equivocados, pues la furia del pueblo se revertirá contra ellos tarde o temprano».