Como ya es tradición, este Miércoles Santo la feligresía católica acudió a sus templos en Portuguesa, en los llanos del país, para acompañar en procesión a El Nazareno, agradecer favores concedidos y renovar su fe cristiana.
En Guanare, capital del estado, la imagen de Jesús cargando la Cruz camino al calvario llegó en hombros de sus fieles a la Catedral, donde se celebró una homilía para continuar el recorrido hasta el Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto, en la parroquia Quebrada de la Virgen, a 10 kilómetros de la ciudad.
El obispo de la Diócesis de Guanare, José de la Trinidad Valera, aprovechó la oportunidad para llamar a la meditación, a la oración y a la «contemplación y admiración de Dios» para considerar el misterio de su Pasión, Muerte y Resurrección y en estos días santos «replantearnos el sentido de la familia» como principal núcleo de convivencia.
Erlinda González, feligrés de la iglesia La Peñita, indicó que la procesión de Jesús de Nazaret es un acto de amor hacia Jesús que congrega año tras año a centenares de guanareños: «Es una renovación de fe y un agradecimiento por su sacrificio y entrega».
Apuntó que en su parroquia se organizan para conmemorar este día, que marca el final de la Cuaresma y el comienzo de la Pascua.
Entre varios devotos –explicó- se viste la figura de El Nazareno con una túnica nueva de color morado y se adorna con flores para llevarlo en hombros a la Catedral de Guanare, en medio de una jornada familiar en la que también participan los más pequeños de la casa.
«Es una tradición desde niños y la inculcamos en hijos, nietos y bisnietos para que no olviden que después de predicar el Evangelio, salvar enfermos y resucitar muertos, Jesús vivió la experiencia del dolor hasta sus últimas consecuencias por la salvación de nosotros», manifestó González.