Hoy se celebra el Día Internacional del Orgullo Salsero en homenaje a “El Cantante de los Cantantes»

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, celebra este domingo el Día Internacional del Orgullo Salsero, en homenaje a “El Cantante de los Cantantes”, «El Flaco de Oro», la voz del barrio: ¡Héctor Lavoe!, quien nació tal día como hoy, 30 de septiembre, pero en 1946, en Puerto Rico.

A través de su cuenta en Twitter, el jefe del Estado venezolano calificó a Lavoe como uno de los más grandes exponentes de nuestra música caribeña.

Dos anécdotas de Héctor Lavoe
contadas por Ángel Méndez, fundador
de la revista Swing Latino:

«La primera de ellas tiene que ver con Héctor y Pablo Escobar, el mafioso colombiano. Nos relató Eddie Montalvo, el conguero del ponceño, que fueron contratados por Larry Landa para tocar en la casa de Pablo Escobar. El contrato fue por dos sets y se culminó el trabajo como a las dos de la mañana. Escobar, pasado de tragos, prolongó la fiesta hasta las 6:00 de la mañana y al negarse los cantantes y la orquesta (también estaba Ismael Rivera, el “Sonero Mayor”, quien armó tremendo), fueron encerrados a punta de pistola en un cuarto, quitándoles sus pasaportes y los zapatos para que no pudiesen escaparse, pero Héctor se escabulló por una ventana y pidió auxilio a un taxista, a quien tuvo que cantarle “El cantante” para que pudiese creer su versión en torno al secuestro y constatara que en realidad él era Héctor Lavoe, quien había logrado salir de su encierro. Al siguiente día, Escobar canceló sus honorarios y envió los pasaportes y disculpas a Lavoe por lo ocurrido; también a los miembros de la Orquesta.

La segunda anécdota tiene que ver con nosotros (con el propio Ángel Méndez). Le hicimos una entrevista a Lavoe cuando estaba “pegado” con “El Cantante”, una composición de Rubén Blades. En esa entrevista, el de Ponce dijo no tenerle respeto como cantante a Rubén, y que Dios le había dado lo suyo a cada quien… Publicamos la entrevista en nuestra revista y como ésta circulaba en Nueva York, cuando llegamos a la Big Apple para asistir y cubrir un Festival de Salsa, nos recibe Ralph Mercado con aquello de que “estás caliente en Nueva York”, lo que equivale a que estás guindando y no formas parte de un arbolito. No notamos la gravedad del asunto hasta que Héctor nos “pesco” al lado de la tarima y comenzó a insultarnos en medio del soneo, luego un miembro de su orquesta nos dijo que mejor nos fuésemos al Hotel porque las cosas no estaban muy buenas. La verdad es que sólo vimos la mitad del Festival, porque nos cambiamos tres veces de hotel y al final tuvimos que salir volando para Puerto Rico, ya que, en verdad, estábamos “calientes” en la ciudad de Nueva York.»

T/Luis Lovera Calanche
F/Aarchivo