Una síntesis histórica constituye el comandante Hugo Chávez que en poco más de 20 años de operaciones políticas dejó una estela y un camino por andar. Mucha gente, mucho pueblo, hizo a Chávez “El predestinado” y entre esos Hugo Trejo a quien escuchó y de quien aprendió esos recovecos del pensamiento militar por la experiencia de aquellos días inconclusos de insurrección cívico militar de 1958.
En abril de 1958 a Hugo Trejo se le ordena salir del país en misión diplomática, la presión de todos lados desde Eugenio Mendoza, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, incluso el Alto Mando Militar, más no así los centenares de oficiales patriotas que le acompañaron en el día clave del 1 de enero cuando se alzó contra Marcos Pérez Jiménez y detonó la insurrección. No regresó si no casi 10 años después y aún así continuó nutriendo el pensamiento revolucionario.
El prestigio de Hugo Trejo como militar y como líder trasciende a aquellos oficiales de 1957/1958 e ilumina a los jóvenes militares patriotas que casi 40 años después insurgen contra el Puntofijismo en 1992 para darle continuidad a la gesta revolucionaria popular de 1958. Hugo Trejo, protagonista histórico, habló y aconsejó a William Izarra cuando se creó Arma y luego a Hugo Chávez con el MB-200 antes de los alzamientos de l992, incluso intentó crear un partido en los años 90 para darle fuerza a esos movimientos.
Hugo Trejo y Hugo Chávez, el primero de protagonismo en 1958 y el segundo de 1992, son los eslabones de una cadena histórica de insurrecciones populares que le dieron sentido a las luchas populares; dos soldados del pueblo, como la gran mayoría de esta Fuerza Armada a la que van los hijos del pueblo.