Multitud de Juan Barreto Cipriani|Hugo Chávez, ángel de la utopía (Opinión)

Inoportuna, dolorosa, e indeseada tu partida Amigo, Hermano y Camarada. Nada atenúa este dolor que se transforma en fuerzas para resistir y vencer; nos dejas tu actitud, tu ejemplo, tu palabra, tu eterna sonrisa que no deja de repetirnos: ¡Venceremos!

Nos enseñaste a imponernos a la adversidad y a vencer el odio, la envidia y el resentimiento, vengan de dónde vengan. Spinoza decía que el cuerpo y el alma son lo mismo, distintas dimensiones de una sola existencia. Tu supiste entregarte en cuerpo y alma a la causa del pueblo, tu cuerpo se retira y tu alma se hace eterna y transmigra a miles de otros cuerpos y entonces vemos la mágica multiplicación de tu mirada colgado de ventanas, muros y niños, va tu rostro, y al pasar la gente sonríe, grita y te saluda: ¡Viva Chávez!

Amado Comandante de todos los humildes, campesino sembrador de sueños, Comandante de dignos, hiciste la tarea, convirtiendo la espera en esperanza y la esperanza en hechos; transformaste la rebeldía en proyecto de vida cotidiana.

Ahora Hermano y Camarada nos toca a los que quedamos hacer posible tu mandato, fiel a las ideas, fiel a la palabra. ¡Golpe de Timón!, profundizar la herencia, conjurar los demonios, lograr que cada frase se convierta en futuro.

Eres la estrella roja tallada en la conciencia de todos los que luchan. La muerte no pudo contigo, porque vives por siempre en nuestro pueblo; te siento a nuestro lado, al fragor del combate, al lado del humilde pueblo trabajador, de sus luchas y de las luchas que están por venir.

El Poder Popular te reclama en su verbo: ¡Chávez, Chávez, Chávez!No se separan, van de la mano contigo, como en un mural de nuestro amado camarada Diego Rivera.

Allí pintada la historia patria, la grande, la de América Latina insurrecta, subversiva, con sus Guaicaipuro y Bolívar, con Zapata y Martí, con Malcom X y el Che, con Fidel y la princesa Anacaona, conduciendo a Manuelita Sáenz en batallas miles por librar. Tú Chávez eres la llama, tú el motivo, porque tú eres del pueblo, el ángel de la utopía.

juanbarretoc@gmail.com