Un 14 de diciembre de 1994|Hugo Chávez llega a Cuba por primera vez

El 14 de diciembre de 1994 el revolucionario Hugo Chávez Frías aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana, Cuba, donde lo esperaba al pie de la escalera de desembarque, el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro.

Luego de aquel abrazo de reconocimiento entre los luchadores caribeños, Chávez expresó, conmovido por la presencia del titán que organizó el desembarco del Granma, «yo no merezco este honor, aspiro a merecerlo algún día en los meses y en los años por venir».

Esa aspiración pasó de deseo a realidad cuatro años después, cuando el 6 de diciembre de 1998, triunfó la Revolución bolivariana sobre el despotismo político que los partidos del Pacto de Punto Fijo, Acción Democrática y Copei, impusieron por 40 años sobre el Estado venezolano.

El teniente coronel Hugo Chávez viajó por primera vez a Cuba al ser invitado por el historiador Eusebio Leal Spengler. Ese mismo 14 de diciembre, el revolucionario venezolano dijo en el Aula Magna de la Universidad de La Habana «estamos en una era de despertares, de resurrecciones, de pueblos, de fuerzas y de esperanzas».

Para 1994, el capitalismo parecía imponerse como una realidad inobjetable. Algunos «intelectuales» del ámbito internacional volvieron a anunciar el fin de la historia: derrotada la promesa comunista de la Unión Soviética, la sociedad burguesa, con su libre mercado y su ilusión de democracia, se imponía como la supuesta perfección del destino humano.

En el prólogo a la segunda edición de El Capital, Karl Marx denunció el trabajo de los sicofantes del capitalismo, aquellos economistas y politólogos que no se cansaron de pregonar que la sociedad había llegado a la máxima expresión del espíritu humano con la realización del Estado liberal burgués. El filósofo alemán les recordó aquellos que llamaban a Hegel un «perro muerto», que las revoluciones no tardarían en llegar, y les atiborrarían la boca de dialéctica revolucionaria.

Chávez, fuera de todo el pesimismo que cubría a la izquierda en los años noventa, se destacó como el nuevo líder latinoamericano que no se creyó el cuento de una historia finalizada. En aquella primera visita a Cuba, dijo que, a pesar de la apariencia de lo imposible, «el siglo que viene, para nosotros, es el siglo de la esperanza; es nuestro siglo, es el siglo de la resurrección del sueño bolivariano, del sueño de Martí, del sueño latinoamericano».

Luego de una década de aquella en apariencia quijotesca declaración, Hugo Chávez y Fidel Castro se volvieron a reunir en La Habana, ya no para hablar de sueños, sino para fundar realidades. Ese día nació la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, y el sueño de Bolívar volvió a cobrar vida, a pesar de lo imposible.

Fuente/AVN