A medio siglo de su muerte, el análisis de los presuntos restos del sacerdote y guerrillero Camilo Torres, es asumido por peritos colombianos como todo un desafío debido al tiempo transcurrido y a la repercusión de la pesquisa.
El cura guerrillero’ del Ejército de Liberación Nacional, como era conocido en la década de los sesenta, eligió esa opción preferencial por los pobres en medio de una Colombia sumergida en los regímenes represivo
Por ser la osamenta más antigua que hayamos localizado y estudiado, porque el país vive un ambiente proclive a la paz, porque entendemos que ésto (la búsqueda) puede contribuir a generar confianza, la exhumación realizada esta semana en Bucaramanga constituye el trabajo forense más importante en los 102 años del Instituto de Medicina Legal (IML), comentó su director Carlos Valdés.
No obstante la complejidad de las indagaciones, el experto asegura que la institución dispone de las herramientas para acometer esa tarea.
Los despojos serán examinados por un grupo selecto de profesionales, con el fin de obtener, a través del procesamiento de las muestras óseas, un perfil genético que permita el reconocimiento, precisó el investigador en declaraciones al diario El Espectador.
Según el especialista, como se trata de huesos de 50 años requieren un manejo delicado y cuidadoso.
Ya tenemos -dijo- identificadas unas fuentes familiares que están en reserva para obtener luego ADN y hacer un cotejo, esperamos que en tres o cuatro meses podamos conseguir los primeros dictámenes, agregó.
Valdés explicó que una vez localizado el osario fue sellado para evitar perjuicios.
No era bueno abrirlo en un ambiente no controlado pues podría acelerarse la destrucción del tejido, pensamos trabajar con el material mejor conservado y que nos dé mayores posibilidades para la extracción del ADN, precisó el jefe de Medicina Legal.
En semanas previas el presidente Juan Manuel Santos ordenó rastrear el cadáver del cura, político y académico quien integró las filas del insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), involucrado en el conflicto armado interno, en respuesta a una petición previa realizada por ese movimiento rebelde.
Busquemos dónde están los restos de Camilo Torres, añadió el mandatario luego de afirmar que tal iniciativa podría constituir un gesto simbólico en el camino hacia el diálogo (con la insurgencia) y la paz.
Torres, pionero de la Teología de la Liberación y cofundador de la primera facultad de Sociología de Colombia, fue abatido en 1966 dentro del norteño departamento de Santander, en un enfrentamiento entre el ELN y la oligarquía.
Las exhumaciones se realizaron precisamente en Bucaramanga, capital departamental, en el panteón de la Quinta Brigada del Ejército Nacional, la cual participó en el combate.
El anuncio de Santos fue acogido con beneplácito por sectores eclesiásticos para los cuales tal determinación resulta un paso importante rumbo a la reconciliación entre los colombianos.
Desde 2012 representantes gubernamentales y de las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) dialogan en Cuba con el objetivo de hallar una solución concertada a la guerra, que dura más de medio siglo.
En tanto los acercamientos con el ELN se limitaron hasta ahora a aproximaciones exploratorias con el propósito de definir una agenda para dichas conversaciones, que según el máximo líder de esa agrupación -Nicolás Rodríguez-, ya fue concertada.
De acuerdo con revelaciones del director del IML, la revisión de fuentes documentales permitió llegar hasta el panteón donde reposaban los presuntos restos de Torres.
De ser negativos los resultados entraremos a considerar otras opciones, no sentimos presión, lo que percibimos es la gran responsabilidad que tenemos, social y científica, manifestó.