La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) desalojó este domingo a su personal de la ciudad afgana de Kunduz, un día después de la muerte de 22 personas en el bombardeo de su hospital, que podría ser obra del ejército estadunidense. La organización humanitaria negó que hubiera combatientes talibanes disparando desde el hospital.
El cierre del establecimiento de MSF es un duro golpe para la población civil de Kunduz, que sufre las consecuencias de los combates entre el ejército afgano y los rebeldes talibanes, que se disputan el control de esa gran ciudad del norte de Afganistán.
El hospital era el único capaz de tratar a los heridos graves en la región. «El hospital de MSF ya no está en estado de funcionar. Los pacientes que se encuentran en un estado crítico han sido transferidos hacia otros establecimientos médicos. Ya no trabaja ningún empleado de MSF en el hospital», declaró Kate Stegeman, portavoz de la ONG.
«En estos momentos, no puede decirles si el centro de traumatología de Kunduz volverá a abrir o no», añadió. El director de operaciones de MSF, Bart Janssens, afirmó que los bombardeos continuaron «durante más de 45 minutos» después de que la ONG indicara a los ejércitos afgano y estadounidense que su establecimiento había sido alcanzado por los primeros proyectiles.
La ciudad ha sido escenario de violentos combates desde que combatientes talibanes la capturaron casi una semana atrás.
Fuerzas de seguridad afganas libraron una batalla camino a Kunduz cuatro días atrás, pero los enfrentamientos siguieron en varias localidades.
El grupo de ayuda humanitaria dijo que el ataque aéreo, probablemente conducido por fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos, causó la muerte de 22 miembros del personal hospitalario y pacientes y dejó 37 personas heridas.
El Ejército de Estados Unidos dijo que llevó a cabo un ataque aéreo en las proximidades del hospital, en un intento por doblegar a insurgentes talibanes que estaban disparando directamente contra fuerzas militares estadunidenses.
El gobierno de Estados Unidos se comprometió a realizar una investigación acabada del incidente, mientras que el jefe de derechos humanos de Naciones Unidos dijo que el bombardeo podría representar un crimen de guerra.
En Kabul, el Ministerio de Defensa dijo que combatientes talibanes habían atacado el hospital y que estaban utilizando el edificio como «escudo humano».
Pero Médicos Sin Fronteras niega esa versión.