Por Fernando Bossi|Antiindustrialistas (Opinión)

El proceso de industrialización soberana es un requisito esencial para alcanzar la independencia económica.

Nuestro país sufre las consecuencias de décadas de improductividad a causa del modelo rentístico y dependiente impuesto por el imperialismo de turno. “¡Hay que producir!”, es la consigna, pero entendiendo que ésta no es una invocación meramente desarrollista, sino un llamado a todo el país a asumir la lucha antiimperialista en el área económico-productiva.

El imperialismo ha moldeado nuestra atrofiada economía en función de su interés, vale decir el del gran capital, que, no casualmente, mantiene sus casas matrices en las grandes metrópolis.

Ese gran capital necesita, permanentemente, entre otras cosas, materia prima barata y mano de obra barata. Eso, generalmente lo obtiene de la periferia; Venezuela incluida como importante vendedora de crudo.

Esa materia prima llega a los países metropolitanos y se procesa, se le incorpora valor agregado y, en gran parte, vuelve a la periferia con estupendas ganancias para los capitalistas de los países centrales.

Ese círculo perverso se rompería si nosotros pudiéramos procesar nuestros recursos naturales en el país, satisfaciendo nuestro mercado interno en primer lugar y exportando el excedente en caso de producirse. La ecuación, en primera instancia, no parecería difícil.

Pero tenemos que entender que en nuestro país actúan fuerzas que trabajan para impedir la industrialización, tanto de adentro como de afuera.

El principal interesado para que no se desarrolle la industria nacional es el imperialismo, y a éste se le suman sus socios nativos (la burguesía importadora parasitaria) y un coro activo de colonizados que reniega de la capacidad de las venezolanas y los venezolanos.

El bloque oligárquico-imperialista, funcional a la reproducción del ciclo del capital, perdería su poder hegemónico ante la aparición de una industria venezolana sustitutiva de importaciones y funcional a los intereses de la Nación.

Es por eso que hasta la producción de lo más mínimo en el país tendrá que confrontar contra los agentes de la anti-Patria, antiindustralistas y cipayos, llámense estos burócratas, importadores, banqueros, políticos, comerciantes o funcionarios. Impulsar la producción nacional es una tarea antiimperialista.

fernando.bossi.rojas@gmail.com