El número de insomnes en China crece debido a la intensidad del trabajo y la ansiedad en una sociedad cada vez más competitiva, opinan hoy medios de prensa de este gigante de Asia en ocasión del Día Mundial del Sueño.
Quizas el extendido uso de teléfonos móviles ha llevado a un gran número de peronas en este país a no tener en consideración un viejo proverbio según el cual estar despierto hasta las 11 de la noche provoca vergüenza y hasta medianoche puede costar la vida.
Una encuesta realizada por el agencia estatal de noticias Xinhua entre medio millar de internautas mostró que el 59 por ciento se mantiene despierto “jugando con su teléfono”.
Esos hábitos se han establecido mayoritariamente por la búsqueda e intercambio de informaciones, música y videos en teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras portátiles, en un país que tiene más de 632 millones de internautas.
De ellos 527 millones navegan a través de sus teléfonos móviles, una cantidad que en 2015 debe alcanzar los 850 millones de acuerdo con las previsiones del Gobierno.
Algunos de los consultados por Xinhua dijeron que la ansiedad les provoca dormir cada vez más tarde y menos horas, un asunto que ha incidido negativamente en la salud de muchos jóvenes chinos.
De acuerdo con el índice de sueño de China 2015, no solo en crecido la cantidad de insomnes en este país, sino que cada vez más personas van a dormir más tarde, con la consecuencia de que algunos carecen de la energía suficiente para enfrentar sus tareas cotidianas.
Ellos buscan alivio a su ansiedad en los medios sociales, no pueden dejar de actualizar su información y cada vez descansan menos, opinó uno de los jóvenes a Xinhua.
De acuerdo con especialistas, quienes viven en pequeñas ciudades de China duermen mejor que los residentes en las grandes ciudades y los pobres tienen más horas de sueño que los ricos. Los que peor duermen son los periodistas, según los expertos.
Algunos noctámbulos que comprendieron las consecuencias de las pocas horas de descanso han tomado varias medidas para evitar las tentaciones, entre ellas usar menos horas internet, suspender el servicio de conexión inalámbrica en el hogar y apagar el servicio de cuarta generación de los móviles.