Este martes|Autoridades brasileras anuncia plan para enfrentar ola de violencia en Sao Paulo

El gobernador del estado brasilero de Sao Paulo (sureste), Geraldo Alckmin, informó este martes que su Gobierno y el Federal se encuentran trabajando para frenar los asesinatos de policías militares, por parte de bandas criminales.

Tras reunirse con el ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardozo, Alckmin indicó en una conferencia de prensa, que se creará una nueva agencia que integrará recursos federales y estatales para enfrentar la lucha contra el crimen organizado. “ La agencia comenzará a funcionar el próximo lunes”, afirmó el funcionario.

El plan incluye la eventual transferencia de delincuentes involucrados en el homicidio de policías y guardias penitenciarios a prisiones federales de máxima seguridad.

Según el Gobernador, también prevé intensificar la vigilancia de carreteras, puertos y aeropuertos, así como aumentar las acciones contra el tráfico de crack, incluido a través de videocámaras de vigilancia.

El ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardozo, indicó que las agencias de inteligencia federales y estatales aumentarán los esfuerzos para combatir el lavado de dinero por parte de grupos criminales. «La asfixia financiera (de estos grupos) es fundamental», manifestó.

Al menos 33 personas han muerto en los últimos cinco días, muchos de ellos policías militares, en una ola de homicidios ligados al grupo criminal conocido como «Primer Comando de la Capital» (PCC)

Durante este año, el PCC ha sido vinculado a varios de los 90 homicidios de policías militares y de tres guardias penitenciarios en el estado.

Decenas de civiles han muerto como resultado del fuego cruzado entre policías y delincuentes o en ataques indiscriminados contra presuntos criminales, cometidos por policías como represalia por la muerte de colegas, según familiares de las víctimas.

En setiembre, la cifra de homicidios en el estado fue de 144, un 27 por ciento más que en agosto.

El PCC fue creado en 1993 por ocho prisioneros que cumplían su pena en la cárcel de máxima seguridad en Taubaté, a 141 km al noreste de Sao Paulo.

Fuente/teleSUR