El gobierno de Canadá está atento a la crisis presupuestaria vigente desde este martes en Estados Unidos, porque podría afectar el comercio binacional y, en consecuencia, su economía.
«Tengo la esperanza de que el Congreso (estadounidense) y la Casa Blanca lleguen a una resolución en cuanto al actual impasse de gastos y deuda», dijo el ministro de Finanzas, Jim Flaherty, al advertir que su país no es inmune a los efectos negativos de esta situación.
El titular puntualizó que aunque la economía de Canadá se mantiene fuerte, es vulnerable a incertidumbres en Estados Unidos y Europa.
Numerosos comercios y negocios que dependen de las relaciones entre ambos países vecinos están paralizados desde hoy porque las autoridades de Washington solo pueden financiar las operaciones federales más esenciales.
Los desacuerdos políticos de los legisladores demócratas y republicanos conllevaron al cierre parcial del gobierno estadounidense, por lo cual 800 mil trabajadores públicos quedarán sin empleo y habrá pérdidas por casi 55 mil millones de dólares al Estado.
Analistas señalan que si la paralización dura unas cuantas semanas, Estados Unidos podría perder entre 0,5 y 1% del crecimiento de su Producto Interno Bruto en este año y, como resultado, se dispararían las tasas de desempleo y la desaceleración de la economía.
Las secuelas de la crisis dañarían a Canadá porque su vecino del sur es el principal socio comercial y recibe dos tercios de sus exportaciones.