El Ministerio de Exteriores sirio denunció este jueves en carta a la ONU y a su Consejo de Seguridad los continuos y sistemáticos ataques terroristas con proyectiles de mortero contra las ciudades sirias.
La Cancillería señaló que los atentados indiscriminados se convirtieron en una de las vías preferidas de los armados (mercenarios y extremistas islámicos que pretenden derrocar el gobierno del presidente Bashar al-Assad) para asesinar a civiles sirios, sobre todo en Damasco.
Ante el fracaso de sus acciones militares, agregó, esos grupos procedieron a disparar decenas de proyectiles de mortero contra Damasco y su campo, especialmente contra la ciudad de Jaramana (de mayoría cristiana), a fin de sembrar el terror y asesinar la mayor cantidad de ciudadanos.
En esos ataques, denunció la Cancillería, los niños y sus escuelas han sido las mayores víctimas.
En ese sentido, citó como ejemplo un atentado con morteros perpetrado el 11 de noviembre de 2013 contra un autobús escolar que mató a cuatro niños y al chofer, y causó heridas a otros cuatro menores y dos instructoras.
Ese mismo día, la escuela Juan el Damasquino, situada en el barrio capitalino de al-Qassa, fue blanco de un atentado similar que dejó muertos a cinco niños y heridos a otros 35, todos menores de 10 años.
El día anterior, según la denuncia siria ante la ONU, un padre junto con sus tres hijos resultaron muertos al caer un proyectil de mortero sobre su automóvil en la ciudad de Jaramana, en los suburbios de Damasco.
También dio cuenta la Cancillería de que en el norte el país, en la ciudad de Alepo, el día 9 de este mes cuatro niños murieron y otros seis resultaron heridos por el impacto de un proyectil disparado contra la zona de al-Ashrafiya.
La misiva a la ONU advierte que además de las irreparables muertes, esos actos de claro terrorismo privan a los niños de uno de los esenciales derechos humanos que es el de la educación, y repercuten negativamente en las mentes de los menores que sobreviven.
El Ministerio sirio también hizo referencia en su denuncia a otros crímenes perpetrados contra los niños, tales como su reclutamiento y entrenamiento para matar, los secuestros y la mutilación de sus cuerpos a manos de los grupos terroristas que se apoderan de las escuelas y las convierten en sedes de tortura y asesinato.
De igual forma alertó que los grupos armados tratan de impedir las campañas de vacunación en las zonas dominadas por ellos, lo cual hizo que la poliomielitis volviera a la provincia noreste de Deir Ezzor, después de que Siria se declarase libre de esta enfermedad desde hace 20 años.
La Cancillería instó en su denuncia a la comunidad internacional a pedir cuentas a los países que apoyan a los grupos terroristas en Siria, y responsabilizar a esas naciones por las masacres perpetradas en el país.
Exigió, asimismo, a la ONU y sus organizaciones humanitarias para que asuman sus responsabilidades y denuncien las atrocidades cometidas por las organizaciones armadas en Siria, así como el apoyo brindado a ellas por Catar, Arabia Saudita y Turquía entre otros países.