Siempre consulte con un nutricionista|Dietas extremas alteran tus intestinos

Investigadores han demostrado que un cambio radical en la dieta puede cambiar rápidamente la composición microbiana en el intestino y alterar las bacterias. El estudio da un primer paso hacia la localización de cómo estos microbios (microbioma intestinal) podrían utilizarse para mantenernos sanos.

«Es un estudio sin precedentes. Cambia nuestra visión de la rapidez con que el microbioma puede cambiar», señaló Rob Knight ecólogo microbiano de la Universidad de Colorado, Boulder, quien no participó en el trabajo.

Recientemente han aparecido muchos estudios realizados en ratones que explican la relación entre bacterias intestinales y enfermedades como la obesidad y el autismo.

En 2009, Peter Turnbaugh, microbiólogo de la Universidad de Harvard, demostró que un cambio en la dieta de los roedores afectó el microbioma en tan sólo un día. Así que él y Lawrence David, biólogo computacional en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, decidieron comprobar el cambio de dieta podría tener también un efecto inmediato en los seres humanos.

Para la realización de su experimento, los científicos reclutaron a 10 voluntarios quienes durante 5 días solamente ingirieron la comida que les fue provista. La mitad del grupo sólo comió productos de origen animal: tocino y huevos para el desayuno, costillas y pechuga para el almuerzo, salami y quesos para la cena.

La otra mitad consumió un alto contenido de fibra, verduras y plantas, cereales, legumbres y frutas. Durante los días previos y posteriores al experimento, los voluntarios registraron lo que comían para que los investigadores pudieran evaluar cómo difiere la ingesta de alimentos.

Los científicos aislaron el ADN y las bacterias de las muestras fecales previas, durante y después del experimento. De esta manera, determinaron las especies bacterianas presentes en el intestino y lo que estaban producían. También, se analizó la actividad genética de los microbios. Las diferencias en los microbiomas de los voluntarios comenzaron a desaparecer; sin embargo, los tipos de bacterias en los intestinos no cambiaron mucho pero sí la cantidad de los mismos, sobre todo en los consumidores de carne.

En tan sólo 4 días, las bacterias conocidas por tolerar los altos niveles de ácidos biliares aumentaron significativamente en los comedores de carne (el cuerpo segrega más bilis para digerir carne).

La actividad génica, que refleja cómo las bacterias metabolizan la comida, también cambiaron un poco. En los que comedores de carne, los genes que participan en la descomposición de las proteínas aumentaron su actividad, mientras que en aquellos que se alimentaron a base de plantas, los genes que dirigieren los carbohidratos se manifestaron más.

«Lo que fue realmente sorprendente es que los perfiles de genes (actividad) conformaron casi exactamente a lo que se ve en los herbívoros y los carnívoros. Yo estaba realmente sorprendido de lo rápido que había pasado”, aseguró Lawrence David.

Desde una perspectiva evolutiva, el hecho de que las bacterias intestinales puedan amortiguar los efectos de un rápido cambio en la dieta, acelerando rápidamente diferentes capacidades metabólicas dependiendo de la comida consumida, puede haber sido muy útil para los primeros seres humano, dice David. No obstante, hoy en día esta flexibilidad puede causar problemas de salud.

«Tal vez con el ajuste de la dieta, se pueda moldear el microbioma de una manera que se promueva la salud», añadió Sarkis Mazmanian, microbiólogo del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, afiliado al estudio.

«Todavía no estamos en un punto donde podamos hacer recomendaciones dietéticas sensatas dirigidas a mejorar el microbioma. Lo ideal es consumir una dieta variada con nutrientes y micronutrientes – si se trata de derivados de animales o plantas , o una dieta mixta adecuada», dijo Colin Hill, un microbiólogo de la Universidad de Cork en Irlanda, que no estuvo involucrado en el estudio.

Fuente/Quo.mx