Los distintos departamentos del Gobierno estadounidense se preparan para implantar los recortes del gasto que se activarán automáticamente a partir de este viernes, pese a que demócratas y republicanos plantearán planes alternativos ante el Senado el jueves.
Está previsto que cada partido vote en el Senado su propuesta, ambas diseñadas con el objetivo de anular o modificar los recortes automáticos de 85 mil millones de dólares hasta el 30 de septiembre, que representarán una reducción del ocho por ciento de los gastos anuales en defensa y del cinco por ciento en el resto del presupuesto.
Agencias internacionales reseñaron que durante varias semanas, las distintas dependencias del gobierno federal multiplicaron sus advertencias sobre las consecuencias de los recortes, que afectan las funciones de regulación así como a otras áreas del presupuesto como el transporte, la educación y las inspecciones sanitarias.
«No se puede recortar el gasto de una forma tan drástica en siete meses sin afectar de una forma draconiana la seguridad nacional y las prioridades económicas», dijo este jueves el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Por su parte, el presidente Barack Obama convocó a los líderes del Congreso a una reunión en la Casa Blanca para este viernes.
En lugar del «precipicio» fiscal que se avecinaba a fines de 2012, los recortes tendrán un efecto de «bola de nieve», según dijo Obama el miércoles.
Las consecuencias no se sentirán «en la primera semana, las dos primeras, las tres primeras semanas si su empresa no está directamente relacionada con el Departamento de Defensa», explicó.
Pero al final «será un duro golpe a la economía. Tanto el sector privado como el público estiman que podríamos perder 0,6 puntos de crecimiento económico», aseguró.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, anunció este jueves que revisará a la baja la previsión de crecimiento para Estados Unidos en 2013 a raíz de esta cura de austeridad, de dos a 1,5 por ciento.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, reiteró la postura de su partido contraria a un nuevo aumento de impuestos, tal como pretenden los demócratas.
«El presidente ya tuvo su alza de impuestos», recordó, en referencia al acuerdo del 1 de enero que impuso más tributos a los más ricos.
«¿Cuánto dinero más quieren robarle a los estadounidenses para financiar al Estado?», expresó.
Según un sondeo de Gallup publicado el jueves, 56 por ciento de los estadounidenses estiman que los recortes presupuestarios agravarán la situación económica del país. En tanto, 45 por ciento no cree que su situación financiera personal se verá afectada por las medidas, mientras que 44 por ciento cree que sí.