En el más reciente episodio del largo enfrentamiento entre el gobierno de Argentina y un grupo de acreedores que le reclama unos US$1.500 millones, el juez de Nueva York Thomas Griesa rechazó este martes una medida cautelar para permitir el pago a bonistas que sí se adhirieron al canje de deuda, como había solicitado el ejecutivo argentino.
Esta decisión sigue dejando a Argentina al borde del default técnico, ya que en teoría sólo tiene hasta el 30 de julio para pagar a sus acreedores.
Buenos Aires ha manifestado su voluntad de cumplir con los acreedores pero advirtió que cumplir con el fallo de Griesa llevaría a una nueva cesación de pagos.
Según el juez, «todos los problemas que describe la Argentina se solucionan si llegan a un acuerdo» con los fondos de inversión en litigio, pero ambas partes se acusan de no querer negociar.
El gobierno de Cristina Fernández está enfrentado a un grupo de inversionistas que califica como «fondos buitre», que reclaman una suma millonaria entre capital e intereses por títulos de deuda impagada cuando Argentina cesó pagos en 2001 por alrededor de US$100.000 millones.