El Ministro del Interior de Paraguay, Francisco de Vargas, reconoció este lunes que el país sufre un «descontrol» en el comercio de armas, una semana después del asalto a un vehículo que portaba municiones para su venta a la policía.
Durante una conferencia de prensa, De Vargas admitió que el comercio informal de armas es una «práctica bien instalada a nivel nacional».
«Las municiones del 9 y 38 milímetros, lastimosamente, en el interior del país pueden ser encontradas en casi cualquier local comercial, lo que evidentemente evidencia un descontrol en la comercialización de este tipo de elementos», declaró el ministro.
La semana última se difundió la noticia del robo a un comerciante ambulante –»macatero», como se le conoce en Paraguay- que llevaba cinco años vendiendo municiones y equipamientos a policías en el departamento de Concepción, informó el funcionario.
Los asaltantes robaron 400 cartuchos de calibres 9 y 38 milímetros, uniformes policiales y chalecos antibalas.
El hecho ocurrió a unos 20 kilómetros del lugar donde presuntos integrantes del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), secuestraron, a comienzos de abril, al joven Arlan Fick, quien aún es buscado por las autoridades.
No obstante, De Vargas aclaró que no dispone de información para concluir si el asalto fue obra de esta guerrilla.