La activista colombiana de Derechos Humanos, Piedad Córdoba, denunció este lunes que el plan desestabilizador que adelanta la extrema derecha contra Venezuela tiene sus intereses en las riquezas petroleras con las que cuenta el país, el mayor con reservas probadas de hidrocarburos del mundo.
Esta afirmación la hizo durante su participación en el foro internacional Neoliberalismo y Derechos Humanos: Hablan las Víctimas, organizado por la Defensoría del Pueblo, que se desarrolla en el Teatro Principal, en Caracas.
«La preocupación y la desestabilización contra Venezuela tiene que ver con los hidrocarburos, tiene que ver con la riqueza petrolera de este país», expuso, en transmisión de Telesur.
Apuntó que «el plan macabro es de altas esferas y altas dirigentes no solamente del país, sino de una derecha continental que está muy desesperada porque perdió el poder en sus países y que quiere recobrarlo no por la democracia o la libertad».
Por ello, manifestó la necesidad de que el Gobierno venezolano «se dé cuenta que realmente detrás de la desestabilización del país, no está la discusión por la democracia, no está la discusión por la libertad, no es cierto que les parezca horrible que hayan personas en las cárceles».
Tras el triunfo presidencial del comandante Hugo Chávez en 1998, factores de la extrema derecha adelantaron en Venezuela diversos planes que dieron como resultado el golpe de Estado de 2002, el paro petrolero en diciembre de ese mismo año y el intento de magnicidio el 9 de mayo de 2004 a Chávez, utilizando una horda de paramilitares colombianos, entre otros.
También en 2013 se adelantó una guerra económica y psicológica contra el pueblo venezolano, luego de la partida física del líder de la Revolución Bolivariana en marzo de ese año.
En abril de 2013, tras las declaraciones del doble perdedor de elecciones presidenciales, Henrique Capriles Radonski, se generó una ola de violencia en la que fueron asesinados 11 venezolanos, todos vinculados con la Revolución.
Un año después, 43 personas murieron durante las acciones terroristas organizadas por grupos de derecha como parte de un plan de golpe de Estado, denominado «La Salida», que a la fecha estos sectores pretenden seguir impulsándolo.