La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, inauguró este viernes el remozado estadio de Mineirao, uno los 12 del Mundial de Fútbol 2014 y de los seis de la Copa de Confederaciones del año próximo.
«Estamos brindando una demostración para el mundo, somos buenos dentro de la cancha, pero también somos buenos fuera de la cancha», resaltó Rousseff en la ceremonia de reapertura del Mineirao, luego de casi tres años de reparación y modernización.
Tras elogiar los trabajos realizados en ese tradicional estadio del estado de Minas Gerais, construido en 1963, resaltó que la instalación «está lista para recibir, por primera vez en su historia, partidos del Mundial».
«Tenemos que destacar la rapidez, la eficiencia y el costo de esta obra, este es un estadio que encanta», es un orgullo de mostrarlo al mundo, subrayó ante ministros, dirigentes deportivos y miles de personas que asistieron a este acto.
Con un inversión de 312 millones de dólares, el Mineirao tiene ahora un formato moderno y su primer juego se celebrará el 3 de febrero venidero cuando se enfrenten los equipos Atlético y Cruzeiro.
La edificación cuenta con 79 baños sanitarios, ocho ascensores, 58 bares y dos pantallas gigantes de alta definición, con 98 metros cuadrados cada una.
Se renovaron todas las gradas inferiores, se mantuvo la estructura original de las graderías superiores y en la parte exterior se construyó una gran explanada de 80 mil metros cuadrados.
Durante la reapertura las pantallas gigantes exhibieron un saludo del presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Joseph Blatter, quien felicitó a Brasil por la inauguración de esa instalación.
Con capacidad para recibir a 61 mil 160 personas, el Mineirao acogerá el 9 de junio a las selecciones de Brasil y Francia para un tope amistoso y ocho días después se realizará el partido de Copa de Confederaciones entre Tahití y el vencedor de la Liga de Campeones de la Asociación Africana de Fútbol.
Se trata de la segunda instalación que la mandataria de Brasil inaugura para el Mundial y la Copa Confederaciones de 2013, pues en días pasados Rousseff dio el primer golpe a un balón en el terreno del Castelao de la ciudad de Fortaleza, en el estado de Ceará.