Cientos de rebeldes han sido evacuados de la que era su bastión en la ciudad de Homs, en el centro de Siria.
En lo que va del martes salieron del casco antiguo de la ciudad dos convoyes de buses que los trasladaron a territorios del norte, en manos de opositores.
La evacuación es parte de un pacto por el cual los rebeldes acordaron liberar a decenas de prisioneros y relajar el sitio que mantienen en las localidades de Nubul y Zahraa, en el norte.
La partida de los combatientes que se oponen al gobierno del presidente Bashar al Asad marca el fin de tres años de resistencia en Homs, que había sido bautizada la «capital de la revolución».
A cada rebelde se le permitió llevar una bolsa y un rifle; también se autorizó a que en cada bus viaje un lanzamisiles.
El acuerdo, que fue negociado por Naciones Unidas tras meses de discusiones, también incluyó la liberación de rehenes que se encontraban en manos de los rebeldes en las provincias de Alepo y Latakia.
Se estima que más de 150.000 personas han muerto desde que comenzó la rebelión contra Al Asad en marzo de 2011, y que hay nueve millones de desplazados.