El viaje tuvo lugar el jueves pasado entre Fort Collins y Colorado Springs, ambas localidades en el estado de Colorado, y lo realizó un camión de la empresa Otto -adquirida en agosto por Uber- a una velocidad promedio de 89 kilómetros por hora.
El chofer solo debió tomar el volante en una oportunidad, al entrar en una zona urbana, mientras que la policía siguió al camión durante todo el trayecto para asistir ante cualquier imprevisto.
En Colorado, al igual que en la mayoría de los estados norteamericanos, no existen regulaciones que prohíban de forma explícita el tránsito de los camiones autónomos.
Por otro lado, Otto fue adquirida en agosto pasado por Uber como parte de los esfuerzos de esta última por brindar servicios de transporte de en vehículos son chofer, como comenzó a hacer a mediados de septiembre en la ciudad estadounidense de Pittsburgh.
Allí, una flota de autos fabricados por Volvo y modificados por ingenieros de la Universidad Carnegie Mellon circula por las las calles como parte de un período de prueba, por lo que los coches vienen con un conductor (humano) de «seguridad» sentado en el asiento delantero.