Las reformas estructurales aplicadas por el gobierno griego, y presentadas para mejorar la competitividad laboral, sitúan a un 20 por ciento de los asalariados por debajo del umbral de la pobreza, según revela un informe oficial.
Tener empleo y no ganar para vivir es cada vez más habitual en Grecia, donde uno de cada cinco empleados en el sector privado percibe un sueldo bruto de menos de 500 euros, lo que se traduce en unos 410 euros netos, mientras que el umbral de la pobreza está en 475 euros, según la Agencia griega de Estadísticas.
La anunciadas medidas de competitividad para el sector empresarial no pasaron de una brutal rebaja de salarios en las 196 mil 695 compañías existentes en el país, y que dan empleo al 27 por ciento de la población activa.
Un 80 por ciento de sus trabajadores cobra menos de mil 500 euros al mes, un 16,3 por ciento entre esa cantidad y 3 mil euros, y solo un 3,7 por ciento percibe remuneraciones superiores a los 3 mil euros mensuales.
Un informe del Ministerio del Trabajo reveló también que un 30 por ciento de los empleados tienen contratos a tiempo parcial, la mayor parte de los cuales comprenden jornadas semanales de 20 o menos horas.
Según los datos oficiales, 9 de cada 10 empresas tienen menos de 10 empleados, y un 56 por ciento del total se encuentran radicadas en las dos principales ciudades del país, Atenas y Tesalónica.
El estudio ofrecido hoy se circunscribe al empleo en compañías del sector privado, sin entrar a valorar el relativo a la administración pública, empresas estatales, trabajadores por cuenta propia, profesionales o agricultores.