Por Marcelo Barros|El imperio y la resistencia (Opinión)

Mientras mas el mundo está abierto a una comunicación inmediata, con todos los recursos de internet y redes sociales, mas el imperio utiliza servicios secretos y estrategias ocultas.

La mayoría de la población no sabe lo que está por detrás de los tratados de libre comercio (TLC) que diversos gobiernos latinoamericanos han hecho con Estados Unidos. A través del Tratado de Asociación TransPacífico (TPP), 12 países de nuestro continente han firmado la exención de impuestos para 18 mil productos de EEUU. Por otro lado, los productos chilenos, peruanos y colombianos no tienen condiciones de competir con los que vienen del Norte y ni logran entrar en la frontera estadounidense. Bernie Sanders declaró recientemente: «…En los países mas pobres, el TTP va devastar la economía de muchas familias de trabajadores».

En Europa, el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) significa la liberación total de mercancías y de inversiones. Alcanza 800 millones de personas y casi 45% de todo comercio mundial.

El pueblo no sabe nada. Uno de los secretos que salió en público fue que el TTIP acabará con el «principio de precaución». Hasta ahora, en Europa, para comercializar, un productor necesita demonstrar que tal producto no hará mal a la salud de las personas y no destruirá el ambiente. En Estados Unidos se hace lo contrario: hasta que no se pruebe que un producto hace mal, puede ser vendido. Por el nuevo tratado, Europa pasará a tener la misma ley estadounidense.

En los países latinoamericanos que tuvieron gobiernos mas progresistas, el presidente Hugo Chávez había logrado substituir el ALCA (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos) por aa Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), un acuerdo cultural y comercial entre los países pobres de América desde la solidaridad y el apoyo recíproco entre países hermanos. Para los intereses de EEUU era tan importante derrumbar ese proyecto que ellos han patrocinado el retorno al poder de gobiernos de derecha en países como Argentina y Perú, financiaron un golpe militar en Honduras y golpes parlamentarios en Paraguay, ahora en Brasil.

Las masas siguen anestesiadas por los grandes medios de comunicación al servicio del imperio, pero esa nueva fase de agresividad y prepotencia de los poderosos engendró una articulación mas profunda de los movimientos sociales para salvar el camino bolivariano hecho por nuestros pueblos. La base de eso es la espiritualidad del buen vivir, común a muchos pueblos indígenas. Y las personas que tienen fe bíblica saben que el proyecto divino para el mundo es de justicia, paz y comunión con el universo.

T/ Marcelo Barros
irmarcelobarros@uol.com.br
Recife / Brasil