Dos estatuas de 30 metros de alto para rendir homenaje a Kim Il-sung y Kim Jong-il, el «presidente eterno» y «el querido líder», respectivamente, fueron inauguradas en la colina de Mansudae, la más alta y visible de Pyongyang.
La inauguración, con la caída de dos telas blancas que las cubrían, se realizó ayer.
Cientos de miles de personas presenciaron el acto y aclamaron por Kim Jong-un, definido como «el líder para continuar la causa revolucionaria».